Accidentes de automóvil, aviones estrellados, androides paranoides y abducciones extraterrestres conviven en un álbum al que los ejecutivos de la discográfica Capitol auguraban un futuro lúgubre. Sin embargo, el tercer disco del grupo liderado por Thom Yorke vendió más de ocho millones de copias hasta ahora y abrió una nueva corriente estética que marcó la música popular en el inicio del siglo XXI.
“Su persistente longevidad tiene que ver quizás con el hecho de que sus temas y preocupaciones van más allá del aspecto tecnológico que sugiere el título. Habla sobre la alienación y la desorientación de la vida moderna”, señaló Adam Behr, profesor de Música Pop y Contemporánea en la Universidad de Newcastle.
Con ocasión del veinte aniversario del trabajo, el grupo puso a la venta a partir de ayer una nueva edición, incluye tres pistas inéditas hasta ahora y ocho “caras B”. Todas las grabaciones han sido remasterizadas a partir de las cintas analógicas en las que se registraron las sesiones del disco, muchas de ellas celebradas en una mansión del siglo XV, cerca de la localidad inglesa de Bath, St. Catherine’s Court.
A pesar de las dudas iniciales de Capitol, la crítica acogió con entusiasmo el disco. La revista NME le otorgó una nota de diez, su máxima puntuación, y la calificó de “álbum de referencia de la década de los noventa”. EFE