El ministro sustituto explicó que rompieron la ventanilla del techo corredizo, ya que el resto es blindado, y por ahí presumen que los ladrones sacaron las armas. Se trata de un arma de guerra de la fuerza pública, y otras semiautomáticas que son propiedad de Ibarra, según se comprobó con las documentaciones.
Entre las armas robadas está un fusil automático de asalto Galil de procedencia israelí y calibre 5.56, que es propiedad de la Policía Nacional. El resto de las armas, un fusil semiautomático, consistente en una carabina M-4 de la marca Olimpic calibre 2.23; una pistola Glock calibre 9 milímetros, y una pistola Famae calibre 9 milímetros, son propiedad del ministro sustituto.
¿Cómo pasó? Javier Ibarra explicó que él y su esposa, por motivos particulares, van periódicamente a la residencia de sus padres y pasan la noche en la vivienda familiar.
“Llegamos aproximadamente a las 20.00 y estacionamos sobre la vereda, porque ya no había lugar dentro de la vivienda. Al bajar e ingresar les dije a los custodios que me fueron asignados que se podían retirar y que vuelvan al día siguiente. A las 4.00, cuando me disponía a regresar al trabajo, me percato de que el techo corredizo estaba violentado”, explicó ayer el ministro sustituto, y agregó que al consultar sobre las armas, le respondieron los custodios que habían quedado en la camioneta blindada.
Estaban dos custodios, uno que hace de conductor y el otro un fusilero.
Por otra parte, indicó que existe la presunción de que le querían robar solo las armas. “Llama la atención la forma en cómo se violentó, porque violentaron el techo, y además que no sonó la alarma. La hipótesis más grave es que me hayan estado siguiendo, porque no se llevaron un teléfono iPhone, además de un revólver Magnum. Vinieron a buscar algo y eso solo llevaron”, comentó.
La pérdida económica es de unos USD 2.000 con la Glock, de USD 1.500 con la Famae, y con la carabina unos USD 7.000. Ibarra explicó que el costo del fusil Galil no se puede medir, porque no está en el mercado legal.