Los docentes de la División de Ganado Caprino del Departamento de Producción Animal de la casa de estudios responsabilizan a la decana Azucena Cabrera y a los integrantes del consejo directivo de la facultad por haber omitido dar la alerta a tiempo.
Para empezar, la docente María Inés González, técnica de dicha dependencia de Veterinaria UNA, ofreció su testimonio ayer ante el fiscal Julio Ortiz, quien inició –de oficio– una investigación preliminar por “comercialización de productos nocivos”.
En su declaración, se ratificó en su denuncia pública en que la decana Cabrera supo con antelación, al menos desde el 26 de setiembre, que una de las 33 cabras dio positivo a un análisis laboratorial de la mencionada enfermedad zoonótica. “Con lo que dijo la doctora (González), hoy (por ayer), le está atribuyendo la responsabilidad a la decana. Pero necesito que me confirmen otros testigos, porque no hay documentos, es lo que ella dice y se tiene que confirmar con otros testimonios más que van a venir”, apuntó el fiscal al referir que hoy está previsto que presten declaración testimonial el Dr. Carlos Espínola, jefe del Departamento de Producción Animal, y las doctoras Mirian Meza y Sonia Pereira, quienes se desempeñan como docentes del área en cuestión.
Espínola reveló que tanto la decana como otros directivos de la institución supieron del brote en una cabra, por lo que se dispuso del análisis de todos los ejemplares: de 33 animales, 14 resultaron positivos y dos sospechosos. “Las autoridades máximas de la facultad estaban al tanto”, manifestó en un audio en WhatsApp y añadió que obedeció la orden superior de mantener “discreción” sobre la aparición de brucelosis.
El fiscal busca corroborar si la leche de cabra se siguió vendiendo luego de que se confirmara el primer caso de la enfermedad, tal como declaró la Dra. González.
La decana, por su parte, se puso a disposición del Ministerio Público, según Ortiz, quien tiene previsto convocarla en los próximos días para que presente su versión.