En esta ocasión, los fieles que acudieron a Tañarandy apreciaron el montaje de miles de candiles que iluminan el camino donde se desarrolla la procesión de la Dolorosa hasta la Barraca, dando así nacimiento a la mística procesión por el Yvága Rape (el camino del cielo).
Las velas que alumbraron el camino de la Virgen la Dolorosa fueron hechas artesanalmente por los pobladores, con frutos de apepu y grasa de vaca. Llegada la noche, la unión de los candiles brinda a los turistas un paisaje sinigual.
Koki Ruiz, artista que desde hace 26 años organiza esta presentación, decidió homenajear a María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga, por medio de un retablo en la que se ve a la beata abrazando a Jesús crucificado.
En la Barraca, lugar donde se encuentra el retablo, se realizó también la representación artística de la Pasión y Muerte de Jesús. Este año los turistas también admiraron el revestido de rosarios que se colocó en el techo de la capilla de la Dolorosa.
La muestra artística y religiosa en Tañarandy se volvió una tradición que atrae a turistas de todo el mundo. Otra de las muestras se da en el Teatro El Molino de San Ignacio, con la presentación de cuadros vivientes.