La historia del inmigrante italoamericano y boxeador sin futuro, que trabaja para un villano de poca monta hasta que le ofrecen la oportunidad de enfrentarse en el cuadrilátero contra el campeón del mundo, ya forma parte de la identidad de Filadelfia.
La ciudad estadounidense se enorgullece de coprotagonizar el momento más memorable de la saga, con la carrera de Rocky hasta lo alto de las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia.
Las emblemáticas escaleras son comparables a la “joya de la corona” de Filadelfia: la Campana de la Libertad, símbolo de la lucha por los derechos civiles. En el lugar se firmó la Declaración de Independencia y se discutió la primera Constitución del país. “Quería que Philly (como se conoce popularmente a la ciudad) tuviera un nuevo héroe”, dijo la directora de la Oficina de Cine de Filadelfia, Sharon Pinkenson.
En su opinión, Rocky es una “figura icónica” y “un personaje maravilloso para educar a nuestros hijos” por los valores de esfuerzo y superación que representa. EFE