La movilidad de Sixto no es nada fácil. No va a los controles gratuitos de la Secretaría Nacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad (Senadis), porque el transporte público que circula por Potrerito y pasa enfrente no tiene habilitadas sus rampas en las unidades diferenciales.
El Viceministerio de Transporte (VMT) había dispuesto que para el 2015, el 15% de los ómnibus con acondicionadores de aire de la Gran Asunción debían tener rampas para personas con discapacidad, y que cada año debía aumentar un 10% los ómnibus inclusivos.
Sixto y su madre lamentan no poder acceder al transporte público inclusivo en la Línea 85, empresa Natividad de la Virgen María, que entre las dos líneas que circulan por la zona, es la única que tiene en su parque automotor ómnibus del servicio diferencial con rampas incluidas, pero que no están habilitadas.
“Un chofer nos explicó que no pueden alzar personas en sillas de rueda porque el patrón no habilita las estructuras. Y la Línea 85 pasa por frente mismo de la Senadis. Nuestra casa está a tres cuadras de la ruta asfaltada. Entonces, nos rebuscarnos para poder ir hasta el centro de salud de Guarambaré para los controles clínicos que siempre debo hacerme. Hay veces que mi madre me lleva empujando la silla, son 8 kilómetros ida y vuelta”, relató Sixto.
Dijo que cuando son movilidades programadas tienen el apoyo de un móvil de la Municipalidad de Ypané, el intendente le brinda un aporte mensual para algunos gastos médicos, y tienen la atención de vecinos y familiares. Como la remesa que envía el padre desde Argentina no alcanza, la madre vende empanadas y milanesas los fines de semana para cubrir los gastos de sus estudios médicos.
“Llegado un momento uno ya no quiere estar llamando, molestando con tanta frecuencia a las personas que te están ayudando cuando necesitás. Uno quisiera movilizarse por sí solo, y esa vía puede ser el transporte público, pero lastimosamente los ómnibus que dicen que son inclusivos no lo son”, reflexionó Sixto en un momento de la entrevista.
Dura batalla. El joven señaló que desde hace unos años ya no accede a los servicios de la Senadis por la dificultad para llegar hasta el lugar y porque la Línea 85, que le puede acercar hasta el local de la Secretaría, no habilita sin explicación las rampas en sus ómnibus diferenciales que están equipados para el efecto.
Tanto Sixto como su madre comentaron que en los alrededores contabilizan como siete personas más con discapacidad, que no pueden movilizarse fuera de sus casas por la falta de un transporte público inclusivo.
El viceministro de Transporte, Agustín Encina, señaló que la empresa Natividad de la Virgen María habilitó cuatro unidades con rampas para prestar servicios en todos sus ramales. Precisó que tras conocerse los primeros datos del caso del poblador de Potrerito, a través de la web de Última Hora, procedieron a abrir un sumario a la empresa denunciada.
Opinión
“Contactar con la Senadis es difícil”
“En la Senadis se cuenta con especialistas, estudios gratuitos, al que teníamos acceso. Cuando Sixto se hacía las fisioterapias, venían a buscarnos. Luego cuando pasó a la etapa de controles clínicos, ya no pudimos acceder al transporte de Senadis, porque se llama, te toman los datos y luego localizar al chofer para coordinar el día y horario ya es imposible, nunca se lo ubica o bien no te responde. Y la Línea 85 que pasa enfrente de Senadis, no habilita sus rampas”. Juana Falcón, madre.
Desconocen horarios de Línea 85
En la compañía Potrerito de Ypané, ya cerca del límite con Guarambaré, padecen desde hace tiempo varios dramas por la falta de un adecuado servicio con frecuencia respetada, por parte de las dos empresas que circulan por la zona: Línea 47 y Línea 85.
Según moradores consultados, en ambos casos las frecuencias son irregulares. Circulan cada dos a tres horas y carecen de horario preciso y constante.
La Línea 85 es la que tiene unidades con rampas para discapcitados. “Si por lo menos avisaran las horas en que pasarán los buses con rampas, podemos organizarnos las familias con discapacitados y salir a esperar en un lugar determinado”, reclamó Juana Falcón.