“Yo lo veo como un viento de cola o un segundo aire; recibo un segundo aire para seguir adelante porque en la escritura no hay tercera edad”, afirmó el narrador y periodista en una conferencia de prensa en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que se inició el sábado último.
Por su obra que “refleja la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte, con excepcional altura literaria y en pluralidad de géneros”, según el acta del jurado, Ramírez obtuvo el Premio Cervantes, el máximo galardón en lengua española, que le será entregado en abril próximo. El autor afirmó que escribir en español es un privilegio, pues “cada lengua tiene su destino” y el de este idioma es ser “la gran lengua literaria”.
“Me siento feliz de poder escribir para una lengua tan vasta y poder ser leído en Chicago, San Antonio, Los Ángeles lo mismo que en Tierra del Fuego o en La Habana. Eso para un escritor es un don increíble; tener este enorme espacio de lectores”, afirmó. El galardón es otorgado por primera ocasión a un escritor de Centroamérica, a la que Ramírez calificó de “una región literaria”.
El autor de Margarita, está linda la mar (1998) dijo que esta distinción lo ayudará “a subir al pedestal a los escritores jóvenes” centroamericanos para “que puedan asomarse al mundo, ser vistos por el mundo y ser publicados”.
Aseguró que confía en la nueva generación de las y los escritores centroamericanos, una camada “prometedora” de jóvenes nacidos en los años ochenta, una década caracterizada por la guerra civil en países como Nicaragua o El Salvador.
“Son nuestros escritores millenials de hoy día...”, concretó Ramírez. EFE