A las altas temperaturas, propias del mes de enero, esta semana se suma la definición de las subas de las tarifas de luz y agua.
Al mismo tiempo se tomará una decisión sobre la baja del precio de los combustibles más económicos y también sobre una eventual reducción del pasaje.
Cualquiera sea la determinación que tome el Equipo Económico recalentará el ambiente económico, ya que beneficiará a unos y afectará a otros.
El tema más delicado pasa por el ajuste de tarifas de la energía eléctrica y agua, porque afecta a una gran cantidad de usuarios.
Si se decide aumentar la tarifa de los servicios básicos, sin duda, habrá una reacción de los clientes de la ANDE y de la Essap.
Protestarán tanto los pequeños consumidores como las grandes empresas y gremios industriales.
El Ejecutivo, al parecer, no quiere una confrontación con el sector privado y está buscando una fórmula que le permita tocar lo menos posible el bolsillo de los usuarios.
Si la decisión que se toma fuese la de mantener las tarifas de la electricidad y el agua, las dos empresas estatales proveedoras de estos servicios se verán en serias dificultades para encarar los planes de inversión, que son impostergables para poder garantizar una provisión medianamente razonable del servicio a los clientes.
El riesgo que se corre es un mayor deterioro de los servicios, lo que a su vez generará una reacción de los usuarios en el corto plazo.
Con las intenciones de apaciguar la reacción de la ciudadanía ante el inminente ajuste de tarifas, el Ejecutivo –de la mano del ministro Gustavo Leite– sacó una carta de la manga: bajar el precio de los combustibles más económicos y de uso masivo.
Esa posibilidad sorprendió a más de uno, incluso a las autoridades de Petropar, que aún estaban digiriendo la baja anterior de 200 guaraníes por litro de gasoil y nafta común que se dio desde el uno de enero.
La eventual baja de combustibles será aplaudida por automovilistas, pero pondrá al límite a la empresa estatal que apenas está cubriendo sus costos operativos y tiene una millonaria deuda a pagar a la petrolera estatal venezolana, PDVSA.
Así como están las cosas, Petropar pondrá la moneda de cambio para que el Ejecutivo puede dar la aprobación para el rebalanceo de las tarifas de ANDE y Essap.
Las razones técnicas para la suba de las tarifas de luz y agua son razonables, pero al mismo tiempo los administradores y todos los funcionarios deben poner también su parte, en el sentido de cuidar más los bienes de las empresas estatales, ser un poco más honestos, cumplir con las tareas con las que se han comprometido y atender un poquito mejor a los usuarios.
Si tanto las empresas proveedoras de servicios como los usuarios ponemos algo de nuestra parte, ayudaremos entre todos a amortiguar la alta temperatura de una economía que empieza a recalentarse en el primer mes del año que acaba de comenzar.