Lara lo recuerda como una persona cortés y de un talento “excepcional”. “Yo traté mucho con él. Era un señor muy amable, con quien se podía hablar de todo. Se interesaba por las personas y estaba dispuesto a responder las consultas de todos”, indicó.
Poeta bilingüe, periodista, narrador y dramaturgo, Valdovinos fue un gran conocedor del Paraguay. El Breve Diccionario de la Literatura Paraguaya, de Teresa Méndez-Faith, lo cita como “amante de la cultura de su país, recorrió el campo paraguayo recogiendo historias y anécdotas a veces incorporadas a sus cuentos y piezas teatrales”.
Entre sus obras más conocidas figura Las tres monedas, y compuso además libretos para radioteatro, entre ellos dos muy populares: La pensión de doña Liga y Mamerto.
En 1983, con motivo del cincuenta aniversario de la muerte de Manuel Ortiz Guerrero, creó un montaje poético para recordar al vate guaireño, titulado Poeta, leproso y obrero.
Legado. “El aporte de él es una gran obra. Una de sus creaciones más grandes es Renacerá el Paraguay, con música de Herminio Giménez, y también tiene otros temas como la guarania Alguna vez, con Julián Rejala, y otra de sus recordadas composiciones es Tardes asuncenas, que lleva la melodía de Teófilo Noguera”, agregó la conductora Aída Lara.
Añadió que Valdovinos fue además un maestro del periodismo y trabajó durante muchos años en La Tribuna y en el Diario Hoy.
Por otro lado, en su libro, Méndez-Faith comenta que también se dedicó a la narrativa y al teatro, y como muchos otros paraguayos, tuvo que ir al exilio durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1955-1989), viviendo en Buenos Aires durante años.
“En efecto, sus comedias Un paraguayo en Buenos Aires y Más allá del río fueron estrenadas en la capital argentina con gran éxito”, apunta el Diccionario. Otro producto de sus años de exiliado es Mbokaya jha’eño, obra teatral que posteriormente, luego de su regreso al país, fue llevada a escena por el elenco teatral de Rudi Torga.