“No tengo palabras para explicar lo que siento. Es una mezcla de sensaciones. Una alegría muy grande por estar acá de nuevo, pero al mismo tiempo una tristeza por haber perdido a muchos amigos”, expresó entre lágrimas en el Arena Condá (estadio del Chapecoense).
Vestido con la camiseta del Chapecoense, Ruschel declaró: “Como dije tras el accidente, voy a seguir para adelante honrando a los que fallecieron y a sus familiares que hoy están doloridos. Voy a hacer todo para volver a jugar, con mucha paciencia. Pero voy a hacer todo para darle alegrías a la gente”. Y calculó seis meses entre el tiempo necesario para la recuperación de la columna y el fortalecimiento de los músculos.
A la hora de recordar a sus compañeros, Ruschel sostuvo que en el último tiempo el grupo se había unido mucho. “Eramos más que un equipo, eramos una familia. En los últimos meses fueron muchos partidos que hicieron que compartiéramos más tiempo con el equipo que con nuestras familias. Más allá de colegas de trabajos eramos amigos, y por eso habíamos llegado hasta donde llegamos”, explicó.
Retorno. Ayer Helio Neto, el último de los sobrevivientes de la tragedia volvió a Chapecó, donde continuará su recuperación. Mientras que Jackson Follman, el portero que sufrió una amputación se recupera en São Paulo.