Lobo primeramente vivía en el estacionamiento que se encuentra frente al edificio del diario y luego “se mudó” hasta la puerta principal, donde hace tres años lo acompaña Rubia.
“Ella llegó un día cualquiera para nunca más irse. Creemos que se perdió porque se veía que estaba bien cuidada”, comenta José González, encargado de la seguridad de ÚH y uno de los mejores amigos de los canes.
“Tener a Rubia y Lobo como nuestras mascotas nos relaja, uno sale para tomar aire y ellos están ahí. Uno se ríe de lo que hacen, sus reacciones y hasta nos acompañan hasta la parada de ómnibus cuando nos vamos. Ellos identifican a los compañeros que le dan cariño”, comentó la periodista Magdalena Riveros.
Por su parte, José también manifestó que las mascotas lo relajan en momentos de mucho estrés o simplemente lo alegran en el día a día.
“En nuestro caso Rubia es la más cariñosa y ‘caradura’. Ella entra hasta la recepción, pone su pata sobre mi cuarto y por poco no habla. Ahí ya sé que lo que quiere es palito y no su comida”, comenta entre risas.
Las mascotas reciben el cuidado de todos los trabajadores, pero Magdalena y José son quienes se encargan de que sus platos estén siempre con comida y agua, además de los cuidados médicos y el aseo.
El debate de la importancia de las mascotas en las oficinas para ayudar en la reducción del estrés laboral se desató luego del anuncio del concejal José Alvarenga sobre la campaña “Mymba rohayhu” que busca incluir a las mascotas a los equipos de trabajo en instituciones y empresas.

