El director del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH), Wilfredo Méndez, dijo a Efe que el libro aborda el tema de la seguridad en los tres países centroamericanos “desde una visión democrática”.
Agregó que “otro factor que presenta el informe de alta preocupación es el enfoque militarista de la seguridad pública” y que eso, “por lo tanto, degenera el nivel de tratamiento efectivo de los temas de la seguridad pública para tener la respuesta oportuna y adecuada”.
“Además, ese desenfoque tampoco permite fortalecer una policía nacional, no permite el control civil, no permite que se ataquen los problemas de corte preventivo”, añadió.
Méndez subrayó que la situación de los niños centroamericanos inmigrantes hacia Estados Unidos, no acompañados, “es una de las situaciones más graves”, y que el tema lo recoge la publicación presentada con el auspicio de la Fundación Heinrich Böll.
Añadió que la preocupaciones de las organizaciones sociales de los países del Triángulo Norte es “qué tipo de abordaje se le dará al tema de la inmigración infantil, si se atacarán los problemas estructurales o si va a ser un aprovechamiento de grupos económicos mezquinos”.
La directora regional para México, Centroamérica y el Caribe de la Fundación Heinrich Böll, Annette von Schönfeld, dijo que otra de las preocupaciones en el Triángulo Norte es que “pese al avance de la institucionalidad, la fragilidad de los Estados sigue siendo un reto sustancial” en El Salvador, Guatemala y Honduras.
Subrayó que “la poca transparencia, el manejo clientelar y la baja participación ciudadana en las decisiones políticas, vulneran la construcción democrática y crean un vacío de poder que favorece la instalación y el fortalecimiento de poderes fácticos paralelos, tanto legales como ilegales”.
Esa situación “hoy día determinan las políticas de los países centroamericanos y en la práctica ejercen un poder mayor que el del voto ciudadano”, añadió Schönfeld.
Además, recordó que aunque en El Salvador y Guatemala se firmaron acuerdos de paz hace casi 25 años que pusieron fin a las guerras internas en esos países, en la actualidad “tienen las tasas más altas de homicidios en el mundo”.
Schönfeld comentó a Efe que las causas que motivaron la guerra en El Salvador y Guatemala, como la injusticia, la pobreza, la falta de tierras para los campesinos y otras, continúan vigentes después de la guerra.
En el caso de El Salvador y Honduras, señaló que se están “disputando” cual de los dos país tiene más homicidios por habitante a nivel mundial.
“La violencia es tan generalizada que afecta a toda la población y tiene consecuencias devastadoras para el bienestar social, así como para la vida privada y pública en la región”, indicó.
Destacó además que las políticas públicas de seguridad han optado una y otra vez por los mismos instrumentos represivos de mano dura que no han tenido éxito, sino, por el contrario, han agravado las violencias. Estas circunstancias no permiten vislumbrar soluciones a corto plazo”, acotó.
En la presentación del libro también se planteó el tema de la ayuda que por 750 millones de dólares ha aprobado Estados Unidos a la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, sobre lo que existen dudas sobre el manejo de esos recursos, que servirían para impulsar programas sociales y frenar la inmigración.
El libro recoge una colección de ensayos con temas como “Reflexiones para el diálogo y el debate”, “Variables fundamentales para entender las estructuras de poder en el Triángulo Norte de Centroamérica” y “El rol del Ejército en la seguridad interna en El Salvador: lo excepcional convertido en permanente”.
Se suman “La sistemática cooptación del Estado en Guatemala”, “Transformaciones de las pandillas en El Salvador, Guatemala y Honduras” y “Hallazgos del desplazamiento interno forzado por la violencia en Honduras.
