Édgar Medina
CIUDAD DEL ESTE
El director de la penitenciaría, abogado Cristhian González, reveló que trabajan todos los días con el “Jesús en la boca”, ante la advertencia recibida de la Policía sobre el supuesto plan de atropellar el penal.
El comisario principal Juan Alonzo Meza, director de Policía del Alto Paraná, afirmó que se tomaron todos los recaudos de seguridad, ya que no se descarta el uso de armas pesadas y vehículos blindados en estos casos por parte de las facciones del Primer Comando Capital (PCC). “No se pueden dar detalles del trabajo de inteligencia que estamos realizando. Es una situación delicada, hay muchos miembros ya recluidos”, afirmó el jefe policial.
En la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este se desconoce la cantidad exacta de soldados del PCC recluidos, ya que algunos estarían operando sin darse a conocer como miembros de la organización criminal. La presunción es que habría entre 30 y 40, incluso nuevos bautizados en el penal que están a cargo de los más antiguos, según una fuente. La población total del penal rebasa los 1.400 internos, llegando a alcanzar 1.470 reclusos en días anteriores.
González afirmó que fuera del penal tiene apoyo de la Policía del Alto Paraná para la cobertura de seguridad.
“Hay soldados del PCC en todas las cárceles y más en las que estamos en la frontera. Algunos trabajan callados y otros abiertos. De la lista que tenemos, dos ya salieron en libertad y otros están por cumplir sus penas”, explicó ante nuestra consulta. “Con el Jesús en la boca trabajamos todos los días. Desde hace un tiempo se habla del rescate”, agregó.
UNA BANDA. Solo del grupo de Adrián Alex Lima, alias Cabelo –recluido, entre otros casos, por el asalto a un banco en Canindeyú–, hay siete miembros en la cárcel de Ciudad del Este. Lima incluso habría sido desplazado por Newton José Stadler Palacio, alias Tapita, en la organización criminal. Ambos fueron detenidos en junio del 2011 con otros seis integrantes de la gavilla, con 13 kilos de crac, en el barrio San Miguel de Ciudad del Este, donde estaban escondidos tras el robo en Canindeyú. Tapita es capataz en un pabellón, donde está prohibido el uso de estupefacientes, según un funcionario del penal.