21 jul. 2025

Recuerdan los 50 años del estreno de la película 2001: Una odisea del espacio

Para algunos es la más asombrosa epopeya metafísica de la historia del cine; para otros, quizá solo es un ejercicio de petulante narcisismo. Para todos, 2001: Una odisea del espacio es una obra fascinante, tan compleja y polisémica hoy como cuando se estrenó, hace ahora 50 años.

Recuerdo.  Fotograma del filme que cumple 50 años.

Recuerdo. Fotograma del filme que cumple 50 años.

EFE

Solo un genial narcisista, un excéntrico manierista del cine, un autor, en toda la extensión de la palabra, como Stanley Kubrick (1928-1999), podía convertir en imágenes una historia tan compleja como esta, basada (con ciertas licencias) en el relato “El centinela”, de Arthur C. Clark, quien, asimismo, fue coguionista junto al director.

pREMIADA. Preestrenada el 2 de abril de 1968 en Washington y expuesta en salas en Nueva York un día después (según la web especializada IMDb) y galardonada con el Oscar a los Mejores Efectos Visuales y 3 Bafta (Mejor Fotografía, Mejor Sonido y Mejor Diseño de Producción), 2001 conduce al espectador, en sus 143 minutos de duración, a una reflexión metafísica que arranca hace 4 millones de años.

En ese momento sucede “El amanecer del hombre”, como se titula la primera parte del filme, que se rodó, entre otros lugares, en el desierto de Tabernas (Almería, España) o en el Monument Valley (Utah y Arizona, Estados Unidos), según el mismo portal.

HISTÓRICA. Ya es un icono de la historia del Séptimo Arte la secuencia en la que un grupo de homínidos descubre, en un desierto atizado por vientos furiosos, un objeto fascinante, una piedra de color negro, con forma de paralelepípedo, perfectamente pulimentada.

Esos homínidos se acercan al monolito (cuyo significado profundo es otro de los grandes enigmas de la película y, tal vez, de la historia del cine) y lo contemplan con una mezcla de curiosidad y temor reverencial mientras el sol sale por encima y lo ilumina.

Aparentemente, no ocurrió nada y, sin embargo, sucedió todo: el homínido, uno de ellos, descubre, casi sin darse cuenta, que un hueso es algo más que una cosa recubierta de carne. Sin dudas, un filme para volver a ver.