“Me ratifico en que los nombramientos que he solicitado se ajustan totalmente al Estatuto de la Universidad y los reglamentos vigentes”. Esta es una parte de las declaraciones hechas ayer por el rector de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Froilán Peralta, en relación a la contratación de su ex secretaria y que fungía de profesora en Veterinaria siendo maestra parvularia, Tatiana Cogliolo, además de a toda su familia.
El argumento central de la máxima autoridad de la universidad se basó en el nuevo Estatuto en vigencia desde el 30 de setiembre del 2014 y su posterior reglamentación, la Resolución 2.254, creada apenas 3 días después y firmada por él mismo.
Es que estas normativas internas no hacen otra cosa que blanquear la repartija de rubros docentes para la ocupación de cualquier cargo.
“Los cargos de docente investigador, docente técnico, coordinador docente, auxiliar de laboratorio, auxiliar de la enseñanza y profesor, previstos en el Anexo de Personal del Rectorado de la Universidad Nacional de Asunción, son cargos en los que se puede ejercer la docencia como tal o, indistintamente, realizar otras funciones o desarrollar actividades afines o equiparables a la docencia”, reza el octavo párrafo de la Resolución 2.254 (ver infografía).
Libre albedrío. La situación no mejora a medida que la disposición firmada por el rector Peralta gana en páginas.
El artículo 3, en su quinto apartado, señala que un profesor, no escalafonado, puede incluso ocupar el cargo de “jefe de trabajos prácticos”.
El artículo 4 establece que los cargos y funciones equiparadas a la docencia pueden ser ejercidas (sic) en aulas, laboratorios, centros de investigaciones y hasta en unidades didácticas experimentales, sin dar mayores detalles. Claro, afirma que la finalidad debe ser el apoyo a la gestión educativa.
Además, se indica que el registro de asistencia se puede realizar solo por medio del libro de asistencia o cualquier otro medio de registro tecnológico que fuese habilitado.
Sin justificación. Si bien Froilán Peralta remarcó que la contratación de Tatiana Cogliolo se ajustó a este reglamento y al Estatuto de la institución universitaria, no pudo responder sobre cómo hacía la ex secretaria para seguir cobrando como profesora mientras realizaba sus 14 viajes al exterior por varios días.
Tampoco aclaró sobre las horas de trabajo en la guardería al mismo tiempo que ejercía de secretaria en el Rectorado, ni por qué no marcaba mediante el reloj biométrico.
“No puedo contestar porque esto ya pasa a investigación fiscal, no quisiera adelantarme, porque todo lo que yo dijera de más o menos estaría siendo anotado por el fiscal”, afirmó Peralta.
Desmintió a Gladys Ester Izquierdo, quien aseguró que tenía reposos de IPS para no acudir al trabajo, pero la previsional informó que no registra ningún permiso.
El rector dijo que los reposos fueron emitidos en Clínicas, entidad también de su administración, y recordó que arrimó todos los documentos al Ministerio Público para que investigue las denuncias hechas por ÚH. Recalcó que en caso de encontrarse alguna irregularidad, renunciará.
En familia. Además de Tatiana, quien cobraba mensualmente G. 12,6 millones, el rector Peralta nombró a la madre de su secretaria, que cobraba G. 4,3 millones por dos rubros, de profesora y otro administrativo en Veterinaria, pese a no aparecer por la institución “por estar de reposo”.
Además la prima de Tatiana, Evelyn, de ser vendedora de calzados pasó a ser profesora de Veterinaria desde el año pasado y secretaria académica en el Rectorado, con una remuneración total de 4 millones de guaraníes, sin contar con un título universitario ni asistir al Rectorado. También fue nombrada la hermanita de Tatiana, pese a seguir cursando el colegio.