Después de la quema del edificio del Congreso Nacional se desató una caza de brujas. La Justicia se apresuró para imputar a los presuntos incendiarios, pero se toma su tiempo para esclarecer el asesinato del joven Rodrigo Quintana.
La vida sigue y la narrativa oficial intenta imponer su versión de los acontecimientos. Los paraguayos somos buena gente, generosos para mantener a nuestros políticos; somos tranquilos y estamos un poco resignados al infortunio de tener que padecer una clase política mediocre. Pero tenemos un gran defecto: tenemos muy mala memoria. Por eso va esta suerte de memorial de agravios.
El senador colorado Víctor Bogado está acusado de haber utilizado sus influencias para que Gabriela Quintana, conocida como la niñera de oro, obtuviera dos salarios del Estado.
El diputado colorado José María Ibáñez está acusado de pagar con dinero del Estado a empleados de su quinta privada en Areguá
El senador liberal Enzo Cardozo enfrenta dos procesos por corrupción desde hace casi tres años, por presuntos millonarios desvíos durante su gestión al frente del Ministerio de Agricultura.
Estos parlamentarios vienen dilatando sus casos desde hace años, la Justicia les sigue el juego y se convierte en cómplice de la impunidad.
Otro caso polémico es el de Perlita, la hija de la diputada colorada Perla de Vázquez, sobre quien la Justicia comprobó que cobraba cinco salarios del Estado; ella evitó la prisión, pero debió devolver unos G. 400.000.000 y prestar trabajo comunitario.
Última Hora publicó en 2014 sobre los cargos creados en la Cámara de Senadores: hay un director de Copiado, que se encarga de las fotocopias y percibe mensualmente G. 14.652.000. También hay un director de Mozos, quien en total cobra cada fin de mes la suma de G. 10.371.600.
Hay paraguayos que sueñan con el aguinaldo para poder pagar sus deudas. Y hay paraguayos que cobran tres aguinaldos: son los privilegiados funcionarios de la Cámara de Diputados.
El diputado colorado Tomás Éver Rivas paga con dinero del Estado a sus empleados privados. A este la Fiscalía ni ha imputado.
Hace poco más de una semana, 25 senadores sesionaron de manera secreta y a tambor batiente aprobaron un proyecto de enmienda constitucional para permitir la reelección, y abrieron las puertas del infierno.
Lo que se quemó es solo un edificio (horrendo, por cierto). Pero lo que están intentando Cartes, Lugo y 25 senadores es muchísimo peor.
Queda acaso alguna duda de quién incendió el Congreso.