CARMEN DEL PARANÁ
Unos 20 arroceros desde primeras horas de la mañana de este jueves, comenzaron de manera pausada como paulatina con sus propias máquinas agrícolas, a estacionarse al costado de la calzada de las intersecciones de las rutas uno y ocho, respectivamente, lugar en donde manifestaron que han de permanecer hasta el martes próximo, cuando representantes de este sector mantengan una reunión con el titular del MAG, en la capital del país. Gustavo Müller, representante de los arroceros de Itapúa, informó que aguardan el refinanciamiento del Estado para poder cultivar el arroz, luego de soportar dos años de malos resultados, arroceros que cubren unas 10.000 hectáreas en total, entre los departamentos de Misiones e Itapúa, respectivamente.
De acuerdo con lo informado por los afectados, el mal mecanismo de comercialización es lo que ha provocado que los arroceros hoy se encuentren sin dinero para iniciar la zafra, además de estar ya endeudados con las financieras y entidades bancarias. “Unos 7 millones de dólares le pedimos al Estado que nos facilite para poder arrancar nuestras máquinas y ponernos a trabajar, ya no tenemos ni combustible; en la actualidad, una hectárea de arroz tiene un costo de unos G. 3.600.000, explicaba Müller. Se trata de productores que no poseen terrenos de cultivos propios, sino que explotan propiedades ajenas con el cultivo de arroz, mediante la modalidad del arrendamiento. Este hecho, provoca que los mismos, además de estar soportando una crisis financiera o económica como producto de malos resultados en las cosechas, no se encuentren en condiciones de poder responder a préstamos hipotecarios ni garantías a la entidad que les presta el dinero con qué respaldar estas operaciones. La baja cotización en el exterior por el arroz, principalmente en el Brasil, ha provocado la merma del ingreso económico a los productores, que en su gran mayoría pertenecen a la localidad de Carmen del Paraná. Este impacto negativo no solo lo sufre el productor arrocero, sino todos aquellos que de alguna u otra manera se encuentran directa como indirectamente involucrados en esta actividad. En el 2015 tuvieron que despedir personal de empresas locales que prestan sus servicios a las arroceras de la zona, siendo un cambio muy negativo para la región, quedando muchas personas sin poder trabajar. Hoy el reclamo al Estado es que este pueda abrir o ubicar otros mercados en el mundo, donde el arroz sea comercializado, y los arroceros no tengan una dependencia exclusiva del Brasil. Expresaron también la preocupación por la falta de apoyo al sector productivo.