El ingeniero Teodoro Salas, decano de la institución, contó que cerca de unas veinte personas salieron despavoridas de los despachos una vez que se inició el siniestro, en la zona de la azotea del edificio.
“Nos asustamos todos porque de repente vimos un pequeño humo, nos subimos a revisar con los extinguidores que teníamos a mano y nos dimos cuenta de que la cosa era grande y corrimos, dejando todas las cosas”, relató.
Los documentos incinerados –como planillas y convenios– “son recuperables”, dijo, porque existen otras copias o porque están en la nube. “Se perdieron archivos, pero son todos transitorios; documentos que tenemos copias en otras oficinas. Son todos recuperables”, remarcó.
Al menos cinco oficinas fueron ganadas por el fuego. Todas estaban equipadas con varias computadoras, redes de internet, switcher, router y una central telefónica. “Todo eso se quemó”, apuntó.