Lucho Alvarenga
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Documentos internos de la estatal de combustibles dan cuenta de una serie de viajes al exterior a cursos de capacitación de sus jefes y directores. Supuestamente, esto apuntaría a mejorar la gestión. Sin embargo, este hecho no se reflejó en la planta operativa de Villa Elisa.
ÚH reveló signos de estado deplorable del principal centro operativo de la empresa, con tanques oxidados, malezas, calles internas en estado lamentable y denuncias de inseguridad operativa. Incluso, la propia auditoría del organismo Arpel había señalado las falencias en este orden.
Para el presidente de la empresa, Eddie Jara Rojas, la situación alarmante y deplorable no es tal y que el sistema de seguridad está bajo control. Pero admitió lo de las malezas y de las calles internas. También apuntó que la planta estuvo más de dos meses sin jefe y el recientemente nombrado ya está encargando de ver las medidas necesarias.
NADA. Precisamente, la jefatura de la planta de Villa Elisa no fue motivo de grandes logros o de gestión positiva, sino más bien de escándalo interno.
El estado deplorable que arrastra el centro de operaciones no se remonta solo a meses, sino viene de años, según los antecedentes.
En este contexto, entra a tallar el gasto en capacitación en que incurrió la empresa de su entonces jefe de planta, Víctor González, en compañía del jefe de la Unidad de Administración de Mantenimiento y Logística, Sixto Paredes, a la localidad de Tigres, provincia de Buenos Aires, Argentina, para una jornada de capacitación y visita a la planta de Laapsa.
La Resolución 306/17, del 19 de abril pasado, señala que “esta capacitación y visita pueden ser muy enriquecedoras para los funcionarios participantes y que redundaría en beneficio de la empresa”.
En los hechos, tal como está la planta operativa, no se observa la incidencia de la capacitación en mejoría alguna.
González más bien ganó notoriedad luego de que fue denunciado por la entonces funcionaria Natalia Ávalos, quien accionó judicialmente por haberla agredido físicamente cuando le reclamó por el mal estado de las instalaciones.
Ávalos exhibió en su denuncia fotografías de rastros del golpe sufrido. Esta historia se cerró con el traslado de González a asesor de una gerencia y que, según Jara Rojas, representa un castigo por la reducción de sus remuneraciones.
A nivel interno, ex referentes sindicales habían involucrado a González como firmante de la aprobación del proceso de licitación de garrafas sobrefacturadas y que luego fue abortada.
La nombrada denunciante de la agresión había dicho que “debido a la persecución y presiones internas que sufrió y afectaron su salud, decidió pedir el retiro voluntario, pese a que es una funcionaria de veinte años de antigüedad”.
La administración de Jara Rojas accedió inmediatamente al pedido el pasado 5 de julio y aprobó un plus adicional. Luego fue noticia de nuevo debido a que le desembolsó casi 7 millones de guaraníes, en pago de la quincena a Ávalos, quien ya no era funcionaria.
Venta triplicada
Petropar informó ayer que la promoción de 24 horas de reducción de G. 600 del diésel Tipo I (Mbarete) y de G. 200 en todas las naftas, generó una venta de 676.307 litros, en 31 estaciones del emblema, durante las 24 horas que estuvo vigente. Sostiene que se triplicó la venta de un día normal, que es de
225.000 litros.