Tras el asesinato de María Ester Riveros de Gómez (51), la mujer que fue acribillada por dos sicarios frente a su domicilio este sábado, el senador, Miguel Ángel López Perito, solicitó la inmediata intervención del Ministerio Público.
El legislador pedirá al Senado la conformación de una comisión especial para llevar a cabo la investigación del caso, informó el legislador en su página web.
De acuerdo al relato de María Máxima Segovia, líder de la Comisión Mujer Paraguaya, este atentado responde, supuestamente, a reiteradas amenazas provenientes de los familiares de las autoridades de la zona.
El senador acompañó a la dirigente y su familia a la Comisaría de Katuete, donde solicitó resguardo policial y protección a los mismos. Esto, debido a que las sospechas de la mujer apuntan a que el blanco, en realidad, era ella.
Conflicto
La Comisión Mujer Paraguaya, liderada por María Máxima Segovia, activa desde hace años en la colonia San Juan, del distrito de Francisco Caballero Álvarez, y luchan por conseguir el título de las tierras que ocupan.
Según los datos, la disputa es por unos 20 lotes que son propiedad del Instituto Nacional de Desarrollo y de la Tierra (Indert), pero que al mismo tiempo son pretendidos por sojeros brasileños.
Supuestamente, tras un largo pleito, lograron que ocho familias accedan a un certificado de posesión mediante gestiones y asistencia que se les brindó desde el gabinete del senador López Perito.
Sin embargo, las amenazas y amedrentamientos siguieron avanzando hasta producirse algunos casos de quema de viviendas por parte de los capangas. Estos casos habrían sido denunciados ante las autoridades correspondientes, tanto policiales como fiscales.
Asesinato
La víctima fatal recibió tres impactos de bala, con orificios de salida, de un arma presumiblemente calibre 38, que fueron disparadas por dos desconocidos que se movilizaban en motocicleta.
Uno de los disparos dio en el pecho, lado izquierdo, afectando el corazón, y dos en el costado, lado derecho del torso.
El informe policial indicó que la mujer estaba sentada frente a la casa de madera con techo de Eternit (fibrocemento), dentro de un predio de 10 hectáreas –presumiblemente en un inmueble invadido–, cuando aparecieron las dos personas en una motocicleta blanca tipo enduro y sin mediar palabras realizaron varios disparos contra la humanidad de la mujer.