Raúl Cortese
ENCARNACIÓN
Con preocupación se observa desde hace unos días la temeraria incursión de civiles que caminando circulan encima de la calzada del puente internacional San Roque González de Santa Cruz, lo cual se encuentra totalmente prohibido, de acuerdo con lo consultado con autoridades navales de la ciudad de Encarnación, quienes tienen jurisdicción sobre el viaducto internacional.
Estas personas son en su mayoría vendedores ambulantes que, no contentos con las ventas que realizan en tierra firme del lado paraguayo, se hacen de maña para poder burlar los controles y ofrecer sus productos sobre un lugar prohibido y extremamente peligroso.
Es que el puente internacional solamente ha sido diseñado para el paso vehicular y del tren ferroviario, no existen espacio físico ni las condiciones se encuentran dadas para que la gente pueda caminar sobre el mismo. Indudablemente ello denota la ausencia de controles efectivos para tratar de evitar el paso de personas caminando, que posiblemente lleguen hasta el lugar como pasajeros de motos o automóviles particulares, desciendan en un tramo del puente para luego desplazarse caminando, entre los vehículos estacionados y evitando ser arrollados por los vehículos que a gran velocidad se dirigen a nuestro país.
CADA VEZ MÁS GENTE Con poco más de 25 años cumplidos, el puente desde hace años ha dejado de ser un viaducto ágil y práctico, diseñado para el paso de cinco mil personas diarias; hoy hasta quintuplica esa cifra, reclamando los añejos vecinos fronterizos una solución que nunca se logra ejecutar, por más anuncios y proyectos que han sido presentados.
Los representantes de las distintas instituciones destacadas en el Centro de Frontera de la ciudad de Encarnación coinciden con un aumento en el número de vehículos como de personas que desde una semana comenzaron a ingresar a la ciudad de Encarnación, de manera masiva para las compras de fin de año que ya comienzan a verificarse de parte de los vecinos argentinos, atraídos por los mejores precios que consiguen de este lado de la frontera.
Con promedios diarios de 5.000 se está llegando a 7.000 y hasta a 10.000 personas entre semana, y con picos de 30.000 cuando existe un feriado que coincide con el fin de semana. Largas hileras de vehículos se observan durante la jornada, esperando poder volver a sus respectivos domicilios, algunos consiguen cruzar recién cerca de la medianoche, luego de esperar entre 4 y 5 horas para lograr pasar el viaducto.