A los pueblos de América, infausto / Tres centurias un cetro oprimió...
–Qué es infausto, profesora.
–Callate, Alegre. Y cantá.
Mas, un día, soberbia surgiendo...
–No era que en la escuela veníamos a aprender.
–Lo primero que tenés que aprender es a cerrar la boca.
–Ahhh, pero cómo voy a cantar entonces.
–Callate o te echo de la fila.
¡Basta!... dijo, y el cetro rompió...
–Vio, profesora. La letra dice: "¡Basta!... dijo, y el cetro rompió...”, y ustedes nos están obligando a cantar como cotorras.
–A vos lo que te voy a romper el cetro.
–¿Qué es cetro, señora?
–Qué te importa. Vos cantá nomás.
–Ahhh. Pero eso no es autoritarismo, señora.
–No. Es disciplina.
Nuestros padres, lidiando grandiosos, / Ilustraron su gloria marcial...
–Pero esto no es un cuartel, señora. Es una escuela.
–Pero hay que cumplir órdenes.
Y trozada la augusta diadema / Enalzaron el gorro triunfal..
–¿Quién dio la orden, señora?
–El ministro de Educación. Y si no cantamos le suspenden al director.
–Si era así de riguroso, capaz que la tragedia de Ycuá Bolaños no hubiese existido.
–¿Qué decís?
–No, nada.
Y trozada la augusta diadema...
–Parece que es más fácil hacerle cantar a los alumnos el Himno que realizar los controles municipales por los cuales ya se habían pagado las tasas correspondientes.
–Callate.
–Ok. Vio cómo sé inglés.
Enalzaron el gorro triunfal...
–Me preguntás qué es enalzaron y te mato.
Paraguayos, ¡República o muerte!
–Yes. ¿Qué es enalzaron?
–Ni yo sé qué es.
Nuestro brío nos dio libertad...
–Profe, profe... ¿Qué es libertad?
–El equipo del presidente.
–Él quiere que seamos más patriotas.
–Sí.
–Complejo de culpa.
–¿Qué?
–No era que estuvo preso por evasión de divisas. Eso parece no ser muy patriótico.
Ni opresores, ni siervos alientan / Donde reinan unión e igualdad/ Donde reinan unión e igualdad.
–Cuando te imponen una regla cuestionable, hasta lo más hermoso es un suplicio.
Ta... taaam.