29 mar. 2024

Paraguay necesita uno, dos, tres Vietnam (el del milagro económico)

Por Guillermo López-Flores |

La consigna que el revolucionario argentino-cubano Ernesto Guevara lanzó en la Conferencia Tricontinental de La Habana en 1966, en referencia a la guerra que entonces libraban Vietnam del Norte y la guerrilla comunista contra Vietnam del Sur, apoyado abierta y totalmente por los EEUU fue: “Crear uno, dos, tres Vietnam es la consigna”. Cuarenta y dos años después, ante 12 ministros de Energía latinoamericanos reunidos en Caracas en mayo del 2008, el presidente venezolano Cnel. Hugo Chávez Frías, también admirador del Dr. Guevara, reverdeció la amenaza que comenzaría “un Vietnam, dos Vietnames o tres Vietnames en América Latina”, en el supuesto de que las fuerzas oligárquicas de Bolivia llegaran a hacerle un daño a aquel hermano país (Bolivia) que lleva el nombre de Bolívar.

Ciertamente, Paraguay necesita un Vietnam, pero en la concepción de Vo Van Kiet, el primer ministro -1991-1997- que transformó un país al borde de la hambruna en una de las economías de mercado de más rápido crecimiento en el mundo. Al igual que el pragmático Deng Xiaoping de China, no fue un dirigente comunista ortodoxo al uso y estilo común, sino más bien iconoclasta. Vo Van Kiet no sólo fue el primero en alzar la voz contra el anquilosamiento del partido y contra la corrupción sino que su empeño en sellar las heridas de la guerra, abrirse al mundo, y en introducir las reglas de la economía de mercado permitieron a Vietnam establecer, en 1995, relaciones diplomáticas con su más enconado enemigo, Estados Unidos, y transformar la devastada economía en una de la más dinámicas del mundo.

En los años 80 los gobernantes comunistas sucesores de Ho Chi Minh’s destrozaron aun mas la economía ya devastada por la guerra, intentando introducir el comunismo real, colectivización de la propiedad y medios de producción y reprimiendo la iniciativa privada. Esto llevó al país al borde de la hambruna. A esto siguió el colapso de la Unión soviética añadiendo a la aislación política, el fin de subsidios y flujo de rublos que mantenía a flote la economía. Los países vecinos fueron inundados con vietnamitas desesperados, conocidos como “boat people” (gente en bote). Hoy día Vietnam es el más reciente ejemplo de milagro económico, muy superior al de China e India, pues estos últimos, siendo pobres, arrancaron con mayores ventajas: no habían sufrido ninguna guerra devastadora, su nivel de educación era superior y contaban con mayores recursos. Durante los últimos 15 años, Vietnam ha logrado lo que ningún otro país ha hecho en la historia contemporánea: la población que vive con menos de 1 dólar diario ha disminuido de 58% en 1993 a 16% en el 2006 y sigue disminuyendo. Más de 34 millones de personas han dejado la pobreza, logrado por un crecimiento económico sostenido entre 7% y 8% anual .Vietnam es el único país del Tercer Mundo que ha podido crecer con aumento mínimo de la desigualdad social. En China, la desigualdad ha aumentado, pues antes de 1982 todos eran pobres, por lo que no había diferencia entre clases. Con el espectacular crecimiento, han nacido la clase media y los millonarios. Chile es otro ejemplo donde el crecimiento se da con desigualdad elevada. (G. Arosemamena, El Expreso,2008)

Los gobiernos de Vietnam han establecido como pilares del crecimiento a la educación, el comercio y la infraestructura. En la actualidad, más del 95% de la población es alfabeta, porcentaje superior a China e India. La apertura al comercio internacional ha sido espectacular, llegando a significar 150% del Producto Interno Bruto, está entre los 10 más altos del mundo. La inversión extranjera alcanzó 16.000 millones en 2007. En infraestructura, los logros son impresionantes en carreteras y electrificación, las ciudades y pueblos se encuentran conectados. El 95% de la población tiene electricidad, comparado con 50% en los noventa, 90% de la población vive a no más de 2 kilómetros de distancia de caminos para transitar en todas las estaciones.

El milagro agrícola ha tornado este país de 85 millones de habitantes, un tiempo apenas capaz de alimentarse, en uno de los mayores proveedores mundiales de productos de granja. Vietnam también se ha convertido en un gran exportador de confecciones, zapatos y muebles, a los que pronto se sumarán microchips cuando Intel abra su fábrica en las afueras de Ho Chi Minh City (ex Saigon). La exportación mas importación ascienden a 160% de GDP, lo que lo convierte en una de las economías más abiertas del mundo.

Corrupción, igual que por aquí nomás. Los líderes del Partido Comunista admiten abiertamente que el público vietnamita está harto de la corrupción endémica en todos los niveles de la vida pública, desde el policía de tránsito y empleados públicos hasta los más encumbrados ministros. Casi tan malo como la corrupción son la lentitud legislativa , los procesos burocráticos y la falta de buenos gerentes de proyectos. El gobierno reconoce esta realidad e insiste en que están haciendo todo el esfuerzo posible para mejorar y que aún falta por hacer.

Vietnam, que era ejemplo de aislamiento socialista a la Cuba y uno de los más pobres del mundo, hoy debe convertirse en modelo de otros que todavía no atinan a cómo salir de la pobreza y que todavía creen ingenuamente poder hacerlo con el socialismo del siglo XXI. Dada la conocida simpatía del Pdte. Lugo y el ala izquierda de su gobierno, tanto por el Dr. Ernesto “Che” Guevara como por el Pdte. Chávez, tal vez podría hacerles caso y en un giro copernicano y pragmático intentar “crear un Vietnam” en Paraguay, pero el del milagro económico.

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