04 ago. 2025

Para intendente, la línea de 500 kV en campo de Acosta Ñu es progreso

Peligro para turistas, impedimento para estudios arqueológicos en campo histórico donde también se extrae arcilla, además de violación de ley que establece protección, son principales impactos según SNC.

“Las torres de 500 KV pasan seguramente por una parte del campo de batalla de Acosta Ñu, declarado como Patrimonio, pero yo no veo nada malo en eso; al contrario, la construcción de esas líneas de transmisión es un desarrollo para el país”, fue la declaración del intendente de Eusebio Ayala, Eladio Girett.

Escudándose en que no puede ingresar en propiedades privadas, el jefe comunal expresó poco ánimo en hacer las averiguaciones correspondientes, tanto sobre el caso de las torres de alta tensión, como de la extracción de arcilla en el predio donde operarios encuentran balas, herraduras y hasta bayonetas de la contienda.

“Yo creo que más que esas torres, la destrucción ya se dio con la extracción de arcilla en el lugar donde están las reliquias de guerra. Seguimos esperando a la gente de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) que prometió venir a hacer las prospecciones. No sé qué habrá pasado, no vienen más”, indicó el intendente.

Verificación. “La presencia de torres de línea de transmisión eléctrica de alta tensión, según las observaciones preliminares, sugieren que estarían ubicadas en el contexto inmediato de la zona histórica, indicó la arqueóloga Ruth Alison Benítez, encargada del departamento de Arqueología y Paleontología de la SNC.

Añadió que de constatarse esta situación, impedirían los estudios arqueológicos y el diagnóstico interventivo y de rescate que ya estaba previsto realizarse por las primeras denuncias de extracción de lodo en el campo de batalla. “Del mismo modo, esto podría afectar el ingreso de visitantes y turistas al lugar por la razón del peligro aparejado que representa la presencia de torres de alta tensión”. La experta fue hasta el lugar luego de que la SNC se dio por enterada de que la obra está con avance del 90%.

En el diagnóstico presentado, Benítez señala la falta de accesibilidad para ingresar al campo privado por lo que observaron desde una determinada distancia y contrastaron las imágenes con mapas.

Indicó que se requiere el apoyo y participación de las instituciones y municipio responsables para esta situación. “La protección del patrimonio histórico y los estudios científicos no significan conflicto con el desarrollo y progreso del pueblo. Por ello, es importante trabajar en constante comunicación entre las instituciones responsables respetando el deseo y las necesidades de la ciudadanía, para que, sin alterar o destruir, todos alcancen el avance, adelanto y mejoras anheladas”, destacó.

Por su parte, el ministro de Cultura, Fernando Griffith, señaló que recurrirían al apoyo de fundaciones y la Secretaría Nacional de Turismo a fin de solicitar la modificación del diseño para las instalaciones de torres, en el caso de que las líneas estén dentro del patrimonio. Indicó que además del peligro, la Ley N° 5621 señala sobre la protección del paisaje histórico.

Aseguró que solicitaron audiencia con la nueva fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, para reiterar el pedido de crear una fiscalía de patrimonio, solicitud que no había prosperado con el fiscal anterior.

¿Por qué es clave la exploración?
“La arqueología en campos de batallas, además de identificar balas, armas o recordar héroes militares tiene como objetivo reconstruir la historia”, refirió Ruth Benítez.
Indicó que si existieran fosas comunes, se puede realizar un estudio serio in situ y, si es posible, levantar restos óseos en su ubicación sin perder toda relación con su contexto. De esta forma se tendrían las evidencias que permiten la identificación de los individuos, así como la posibilidad de conocer los hechos acontecidos en ese lugar. “En este caso es sumamente importante ya que solo se tiene como versiones varias (sin evidencia aún) la existencia de restos humanos de los niños asesinados en el combate de Acosta Ñu”. Manifestó que en la investigación arqueológica de campos de batalla no solo es elemental identificar, registrar y levantar material bélico, sino también evaluar y analizar el contexto.