“Nunca va a haber recursos para lo que no se quiere apoyar y se van a encontrar recursos para lo que un Gobierno sí quiere apoyar”, critica y pone como ejemplo las propagandas sobre obras públicas, rutas y puentes, inversión vial en general que lleva adelante el presidente de la República, Horacio Cartes.
“Por ese lado sí encuentran recursos, pero salud, educación y gasto social no es la prioridad”, sopesa.
Rojas entiende que existen varios caminos para responder al reclamo de aumento: “Bajar la evasión de impuestos que es muy alta, se puede crear un impuesto a la soja; también aumentar algunos impuestos como el impuesto a la renta personal (IRP), que no recauda nada, o el impuesto a la renta agropecuaria (Iragro) que está y recauda muy poco”, lanza.
A su criterio, la aplicación de impuestos a sectores que más generan ganancias y menos aportan al fisco es una prioridad postergada hace años.
“Hay mucho margen para mejorar la recaudación de diversas maneras, de los sectores que más ingresos tienen y menos pagan, pero hasta ahora no se tiene la fuerza política para imputar esas reformas que son necesarias y son posibles de llevarlas adelante si hubiese esa voluntad política”, completa.
Alternativas. Rojas considera que hay mecanismos de corto plazo para poner fin al impasse entre los gremios de educadores y el gobierno.
“Se puede ahorrar en algunos ministerios; hay baja ejecución presupuestaria en varias instituciones y de última, el Gobierno no tiene problemas en endeudarse para cubrir algunos agujeros”, postula y menciona que las carteras estatales con baja ejecución presupuestaria son el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert).
Los docentes exigen un aumento salarial del 32% para el 2018. Están dispuestos a aceptar la mitad, como contrapropuesta. Pero desde Hacienda y el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) solo ofrecen 8%, encima segmentado, no para todos por igual.
En su opinión, el tira y afloja por el porcentaje de reajuste entre los gremios de docentes y el Ejecutivo tiene lugar, a su vez, en una antesala electoralista.
“Categóricamente, el contexto preelectoral marca la pulseada porque, por un lado, hay votos y cada uno juega su partido. En ese sentido, el Gobierno trata de demostrar cierta flexibilidad, apertura o ciertas propuestas alternativas”, evalúa al recalcar la ausencia de un “no rotundo y definitivo” como sería lo más lógico en la línea de prioridades que muestra la administración Cartes.