“El 27 de agosto el pueblo gabonés expresó su voluntad en las urnas. Ninguna decisión de ninguna instancia puede cambiar esta realidad”, afirmó Ping, después de que el Constitucional desechara el viernes su recurso para impugnar el ajustado triunfo de Bongo en los comicios del mes pasado.
El candidato derrotado calificó el dictamen del tribunal de “parodia” y ha acusado a los jueces de “manipular” los resultados.
La resolución de la corte modificó ligeramente los resultados de la votación y situó el apoyo a Bongo en un 50,56 por ciento de los sufragios frente al 47,24 por ciento que dio a Ping.
Los primeros resultados oficiales -que fueron cuestionados por los observadores internacionales- otorgaban al presidente un 49,8 por ciento y un 48,23 a Ping.
Ping insistió en que él es el “presidente electo por los gaboneses” y prometió seguir luchando para que se respete la “soberanía” del pueblo, y ha pedido a los ciudadanos que sigan movilizándose por la “alternancia y la democracia”.
El líder opositor ignora de esta manera el llamamiento hecho ayer por Bongo para iniciar un diálogo político que permita superar la crisis que vive Gabón, donde el anuncio de los resultados el 31 de agosto provocó una ola de protestas contra el supuesto fraude que dejó al menos 3 muertos y más de 800 detenidos.
Ping exigió además que se libere a los opositores encarcelados, y pidió a la comunidad internacional que siga apoyando el cambio democrático en este pequeño país del oeste de África.
Ali Bongo es hijo del expresidente Omar Bongo, que gobernó Gabón entre 1967 y 2009. El actual presidente sustituyó a su padre en el cargo a la muerte de éste en 2009.
Hijo de padre chino y madre gabonesa, Ping fue ministro de Exteriores de Omar Bongo y uno de sus hombres de confianza más influyentes. El hoy líder opositor abandonó el partido de los Bongo en 2014.
