En la ciudad de Adelaida (Australia) hay ómnibus gratis y con aire acondicionado. Son gratis porque funcionan con energía solar, gracias a los paneles solares colocados sobre el techo; al final del día, pueden necesitar recarga en una planta eléctrica solar. La compañía de transporte, Buscompany, es estatal, y recibió subsidios del Estado para poner en pie su flota de ómnibus, que ha recorrido ya unos 60.000 kilómetros en Adelaida en forma satisfactoria. Sobre este y otros temas de contenido ecológico, hay excelente información en la revista Ambiente y Sociedad, disponible en internet en www.ecoportal.net
Dependiendo del punto de vista, la de arriba puede ser una buena o una mala noticia. Sin duda, es mala para ciertos especuladores que tienen el monopolio de líneas de transporte, deben millones al Estado paraguayo, no le piensan pagar y manejan el precio del pasaje como se les antoja; si el ejemplo de Adelaida se impone en Asunción, los únicos pasajeros de sus ómnibus serán los choferes.
Como existen transportistas parlamentarios, y parlamentarios pagados por transportistas, es posible que los del grupo reconozcan que el sistema australiano es mejor y formen una comisión para estudiar la metodología de su implementación. Naturalmente, querrán viajar a Australia para mirar los vehículos (para mirar no más), organizar conferencias de prensa, etc.; quizás terminemos pagándoles veraneos en las hermosas playas de Australia y nada más. En tal caso, nuestra esperanza estará en los tiburones, las serpientes y cocodrilos marinos, que en las aguas territoriales de ese país causan estragos, pero que a nosotros nos podrían hacer un gran favor.
Pero también existe la otra posibilidad, la buena, y es que se tomen las medidas del caso para traer el invento al Paraguay, y se lo ponga al servicio del interés público. ¿Por qué no? La atorrantería se ha convertido en una segunda naturaleza, lo cual no excluye la primera naturaleza, la no atorrante, que nos permite hacer las cosas bien. En el Paraguay ya se han fabricado autos eléctricos, así que no es imposible fabricar ómnibus eléctricos. No creo que Australia se niegue a compartir información sobre la tecnología empleada, pues se trata de un proyecto sin propósito de lucro.
El transporte eléctrico es una de las diversas posibilidades ofrecidas por la tecnología moderna, que en muchos casos está disponible y no se utiliza por falta de visión o por exceso de intereses mezquinos. Que se desperdicien oportunidades no significa que no se pueda aprovechar ninguna, y este me parece un caso en que se puede conseguir mucho teniéndose voluntad.
En el parque tecnológico de Itaipú se han hecho experimentos interesantes, y este podría entrar en los planes de la binacional.