La escena se repite casi todos los días en el microcentro de Asunción. A metros del Palacio de López y del Congreso Nacional, un grupo de adolescentes indígenas en situación de calle amanecen tumbados en la vereda o en la entrada de algún edificio luego de deambular y mendigar en las esquinas.
Pasan las horas. Hace más de 30ºC sobre Presidente Franco y Juan E. O’Leary, los transeúntes –entre ellos turistas– no pueden evitar voltear la cabeza para observar a los tres indígenas adolescentes durmiendo: una chica que está recostada sobre un pedazo de cartón junto a una desgastada muñeca, y dos varones.
Los tres pertenecen a la comunidad indígena Kavajy Paso, de Azotey, Concepción, según los datos que maneja la Dirección de Pueblos Originarios de la Secretaría Nacional de Niñez y la Adolescencia (SNNA) que hace el seguimiento del caso, considerado complejo.
Margarita Lesme, coordinadora de esta dirección, comentó que son 10 los adolescentes indígenas que deambulan por el microcentro y que necesitan iniciar el proceso de desintoxicación porque no solo aspiran cola de zapatero.
Los niños y adolescentes de pueblos originarios están en esta situación porque abandonaron sus comunidades al llegar con sus familias a la capital y permanecieron el tiempo suficiente para acceder a diferentes tipos de estupefacientes. “Años anteriores teníamos problemas de consumo de cola de zapatero, ahora consumen otros estupefacientes y requieren otro tipo de atención”, señaló.
asistencia. Margarita Lesme comentó que los técnicos de la SNNA buscan persuadir a los indígenas para recibir una atención especial en los albergues, pero hasta el momento solo uno accedió a permanecer ahí y recibir la asistencia a fin de iniciar el proceso de desintoxicación. Los demás no quieren y –expresa Lesme– no se los puede retener en los albergues por una cuestión de derecho consuetudinario.
El proceso de desintoxicación se retrasó porque la Unidad de Desintoxicación Programada de Niños y Adolescentes (UDP) del Centro Nacional de Control de Adicciones estuvo abarrotada y recién el 22 volvió a abrirse.
La coordinadora de la SNNA explica que detrás de estos chicos que deambulan hay adultos que les dicen que no vayan a los albergues.
Protesta. No son los únicos nativos en la capital; en la Plaza de Armas se encuentran varias familias y ayer un grupo de personas se manifestaron frente al Indi para exigir solución para estas personas.