20 jun. 2025

No dan solución al drama de indígenas adolescentes que deambulan por calles

Son 10 los nativos que todos los días merodean el centro capitalino y se drogan hasta quedar dormidos en las veredas. Secretaría de la Niñez afirma que les ofreció asistencia, pero ellos no aceptan.

La escena se repite casi todos los días en el microcentro de Asunción. A metros del Palacio de López y del Congreso Nacional, un grupo de adolescentes indígenas en situación de calle amanecen tumbados en la vereda o en la entrada de algún edificio luego de deambular y mendigar en las esquinas.

Pasan las horas. Hace más de 30ºC sobre Presidente Franco y Juan E. O’Leary, los transeúntes –entre ellos turistas– no pueden evitar voltear la cabeza para observar a los tres indígenas adolescentes durmiendo: una chica que está recostada sobre un pedazo de cartón junto a una desgastada muñeca, y dos varones.

Los tres pertenecen a la comunidad indígena Kavajy Paso, de Azotey, Concepción, según los datos que maneja la Dirección de Pueblos Originarios de la Secretaría Nacional de Niñez y la Adolescencia (SNNA) que hace el seguimiento del caso, considerado complejo.

Margarita Lesme, coordinadora de esta dirección, comentó que son 10 los adolescentes indígenas que deambulan por el microcentro y que necesitan iniciar el proceso de desintoxicación porque no solo aspiran cola de zapatero.

Los niños y adolescentes de pueblos originarios están en esta situación porque abandonaron sus comunidades al llegar con sus familias a la capital y permanecieron el tiempo suficiente para acceder a diferentes tipos de estupefacientes. “Años anteriores teníamos problemas de consumo de cola de zapatero, ahora consumen otros estupefacientes y requieren otro tipo de atención”, señaló.

asistencia. Margarita Lesme comentó que los técnicos de la SNNA buscan persuadir a los indígenas para recibir una atención especial en los albergues, pero hasta el momento solo uno accedió a permanecer ahí y recibir la asistencia a fin de iniciar el proceso de desintoxicación. Los demás no quieren y –expresa Lesme– no se los puede retener en los albergues por una cuestión de derecho consuetudinario.

El proceso de desintoxicación se retrasó porque la Unidad de Desintoxicación Programada de Niños y Adolescentes (UDP) del Centro Nacional de Control de Adicciones estuvo abarrotada y recién el 22 volvió a abrirse.

La coordinadora de la SNNA explica que detrás de estos chicos que deambulan hay adultos que les dicen que no vayan a los albergues.

Protesta. No son los únicos nativos en la capital; en la Plaza de Armas se encuentran varias familias y ayer un grupo de personas se manifestaron frente al Indi para exigir solución para estas personas.