Zulma Torres relató la odisea que tuvo que pasar ya que el suboficial superior (R) Braulio González necesitaba una cama de terapia intensiva que no le dieron en el Policlínico, a pesar de sus más de 30 años de servicio en la Policía.
El suboficial González sufría de hipotiroidismo y tuvo una insuficiencia cardiaca. Una noche no durmió nada ya que no se sentía bien y tenía dificultades para respirar.
La viuda siguió el relato recordando que un martes, a las 6.00 aproximadamente, llegaron al Hospital de Villa Elisa desde su vivienda, que queda en Barcequillo, San Lorenzo.
“Rápidamente consultó con el doctor y ya le pusieron suero. Pero para la tarde iba empeorando su salud, y a las 18.00 le reanimaron”, recordó Zulma. En las primeras horas del miércoles ya le dijo el doctor que debían buscar una sala de terapia, porque no tenían ahí ese tipo de atención.
Como los médicos sabían que Braulio era suboficial retirado, le recomendaron ir al Hospital de Policía para su atención inmediata.
“En el Policlínico me dijeron que él dejó de pagar cuando se jubiló un arancel por el hospital, y me dijeron que no iba a ser atendido allí. Y además que solo tenían tres camas de terapias”, menciona la esposa.
La familia empezó a averiguar en sanatorios privados, pero el más barato le dijeron que debía de depositar G. 8 millones, y G. 5 millones por día debía de pagar. “En ese momento lo único que quería era firmar un pagaré, pero no encontré”, dijo.
Finalmente consiguieron por favores de otras personas un lugar en el Hospital Regional de Oviedo. Mientras le negaban la atención en el Rigoberto Caballero, y buscaba cómo llevar a su marido hasta Oviedo, los enfermeros de Villa Elisa le mantenían con vida con terapia manual.
Zulma relata que su marido no se despertó más, llegaron a Oviedo y pasó ahí nueve días sin poder despertarse, hasta que finalmente se produjo su deceso el pasado 18 de noviembre.