Susana Oviedo
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El doctor Carlos Mateo Balmelli nos recibe en la acogedora biblioteca de su residencia. Se le nota contento, porque acaba de lanzar su tercer libro, una novela titulada Tamarindo, en la que se entrecruzan la realidad política y económica, la corrupción, mentiras, redes de narcotráfico “organizadas por políticos inescrupulosos, sexo, poder y pasión”. Estuvo en la política como convencional constituyente (1992), como vicecanciller (1999), como senador y fue director paraguayo de la Itaipú Binacional. Ahora decide volver, tras tomarse unos años de licencia y desarrollar otras actividades vinculadas con la radio, la literatura, el activismo ambientalista, entre otros. Regresa y apunta alto: quiere ser presidente de la República. Su precandidatura está en marcha. Dentro del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) se presenta como la opción conciliadora frente a la profunda división entre llanistas y efrainistas.
–¿Por qué vuelve a lanzarse a la actividad política, encima como candidato a la presidencia de la República, y justo en un clima tan adverso dentro de su propio partido, el PLRA?
–Porque el sistema de partidos está en crisis en Paraguay. Lastimosamente tampoco hay nada que se esté organizando desde fuera de estos. Es un problema serio. Veo con mucha preocupación la baja capacidad gerencial que tienen los actuales liderazgos políticos, y si no mejoramos la calidad de la política en el Paraguay, si no adecentamos las costumbres políticas, y apuntalamos un proceso de restablecimiento institucional de reordenamiento del sector público, seguiremos con serios problemas de incapacidad para modernizar nuestro país.
Hemos sido hábiles en instalar el electoralismo en el país, con toda la corruptela que acarreó, pero lo que no está instalada es una noción de democracia moderna y funcional para las grandes mayorías.
Como reacción a todo esto, me dije: No me puedo quedar en la casa. Decidí asumir un compromiso ético, buscar merecerme la candidatura y arrancar un compromiso a quienes me escuchan y confían en mí.
–El PLRA arrastra una división desde hace tiempo, que se acentuó con las posturas pro enmienda y reelección de parte de varios referentes liberales. ¿Cómo se supera esto?
–La dicotomía interna del PLRA es anterior a que Cartes sea presidente. El llanismo versus efrainismo es anterior al cartismo. Recordarán las famosas “urnas delivery”. Es también el deterioro moral dentro del partido, donde se practicó y toleró el fraude.
Lo que hay que hacer ahora es una propuesta que pueda ganar las elecciones internas del partido y posicionarlo en un lugar importante para ganar en las elecciones nacionales. Si no, seguiremos siendo prisioneros de unas décadas de luchas internas que no trajeron sus frutos para el PLRA. Quizá sí para sus dirigentes, pero no para el partido, para la sociedad paraguaya ni para la democracia.
–¿Habla de un tercer sector o algo así?
–Yo estoy tratando de construir esa opción superadora a través del Movimiento Unidad Liberal Ciudadana. Es una plataforma electoral que me candidata para la presidencia de la República, y que está tratando de aglutinar a varios sectores del liberalismo.
–¿Gente que no pertenezca a ninguno de estos movimientos en confrontación?
–No, también están exponentes de ambos sectores, pero que creen que hay que superar esa dicotomía, que no ha servido para nada al partido. Yo no soy nuevo en el partido, pero nunca estuve involucrado en esas disputas internas. Entonces la idea es presentar una opción que pueda liderar el partido para ganar las elecciones. No tiene sentido involucrarnos en las internas, para ganarle solamente al competidor interno. Nuestra plataforma busca superar la barrera de las internas y ganar en las nacionales.
–¿Cree que el deterioro que afecta al PLRA se supere con lo que usted está planteando?
–Bueno, el deterioro del PLRA es el deterioro general que vive la sociedad paraguaya. Por eso el que cree que depurando nuestro partido también se depura la sociedad paraguaya está equivocado. Esto está generalizado en todos los actores políticos. Los patrones morales de comportamiento se han debilitado en todas las organizaciones políticas, sindicales y hasta en organizaciones de la sociedad civil.
Hay un problema estructural en la sociedad paraguaya. Entonces, lo que se necesita es que se abran las puertas a nuevos liderazgos que, en primer lugar entiendan que la acción política tiene que anclarse en valores éticos. La política no es una actividad neutral desde el punto de vista de los valores. Tiene compromiso, tiene una acción. No es solamente la búsqueda y la conquista del poder. Si es solo esto, hay que preguntarse: ¿en función de qué?
El tema es: ¿Qué proyecto de nación estamos ofreciendo a nuestra gente? ¿Qué Paraguay vamos a entregar a nuestros hijos? Ese es el compromiso de la política hoy día. Esto es lo que yo busco. Ofrezco un proyecto esperanzador, no uno que haga más de lo mismo.
–¿El PLRA tampoco tiene cuadros de relevo, por eso vemos que en torno suyo aparecen de nuevo figuras muy desgastadas y cuestionadas que buscan su reelección como legisladores?
–Bueno eso va a ser la constante en todo el Parlamento. Casi la misma gente va a ser reelegida en todos los sectores políticos. No solamente porque los partidos no trabajaron para formar sus cuadros dirigenciales, sino porque la gente no se compromete mucho. Hay un debilitamiento del compromiso político electoral de la gente. No hay una actitud de querer implicarse y comprometerse. Así que tanto en el PLRA, la ANR, la izquierda y la derecha van a hacer que el Senado se integre con mucha gente que ya está hace tiempo en la política y que hará su tercer o cuarto rekutu. No veo un cambio sustancial.
–¿Qué opina de la oposición en general, desarticulada como nunca?
–Lastimosamente, es así. En la oposición se priorizaron las agendas personales y grupales. En el Paraguay se practica una suerte de clanismo inmoral. Se priorizan tanto los intereses del clan en detrimento de los intereses de la mayoría, que esta lógica se ha impuesto sobre una lógica colectiva superior.
–¿Qué diferencia marcaría con el modelo que se le cuestiona a Cartes, basado en el dinero que compra todo, según sus detractores?
–Bueno, ese dinero existe en el bolsillo de muy poca gente. Es inalcanzable, diría yo. Para mí, hay que convencer a la gente, merecerse la candidatura y arrancarle un compromiso a la gente. El que mira a sus conciudadanos solo en función de ganar las elecciones hace algo así como: “te necesito solo hasta que me votes”. Quiere decir que no está en un proyecto de transformación social. El gobierno de Cartes tuvo una estrategia equivocada. Hizo una política hacia afuera, pensando que iba a captar inversiones extranjeras. Trajeron maquilas, pero se olvidó que para hacer una política local fructífera se necesitan reformas internas, y no hay una sola que se haya hecho con Cartes.