Juan Pérez Acosta
Hampshire - Reino Unido
Haciendo un llamado a la paz mundial con una enérgica condena al terrorismo, la Comunidad Ahmadía Musulmana –una rama del islam presente en más 210 países y hace poco más de un año en Paraguay– realizó la 51ª convención anual conocida como Jalsa Salana, en Hampshire, distante a unos 80 km de Londres, Reino Unido.
As-salam-u-alaikum (La paz sea contigo) es el saludo tradicional musulmán que más se oyó en el descampado, donde más de 35.000 ahmadies –provenientes de distintas latitudes geográficas y culturales– participaron de este encuentro, unidos por una religión que –aseguran– se resume en un lema: “Amor para todos, odio hacia nadie”.
El objetivo es llevar un mensaje de paz, armonía y esperanza para la humanidad en todo el mundo y en especial en Sudamérica, donde ya hay misioneros trabajando en Bolivia, Argentina, Ecuador, Uruguay y Paraguay.
Este año, Benjamín López, abogado jubilado, uno de los 20 miembros activos de la Comunidad Ahmadía en Paraguay, por primera vez relató su experiencia de conocer a Alá ante las miles de personas que profesan la fe de esta comunidad relativamente nueva y que trabaja por despegarse de los musulmanes radicalizados.
El jalifa Mirza Masroor Ahmad, quinto sucesor espiritual Mirza Ghulam Ahmad, fundador en 1889 del Movimiento Ahmadía en la India, leyó el informe del misionero ahmadi en el país, Ghalib Baten, quien describió la experiencia de la comunidad recién instalada en el corazón sudamericano. Más de 100 personas participaron de los encuentros informativos que ofrece Baten y su esposa Mishaal los jueves en El Granel, que tiene una pausa hasta setiembre.
En Paraguay, los interesados en conocer la propuesta ahmadi de volver a la esencia del islam contactaron con Ghalib por medio de Facebook, Comunidad Musulmana Ahmadía del Paraguay. “Les enseñamos que el islam no es como dicen, que no hacemos daño a nadie, que enseñamos amor”, dijo.
Condena el terrorismo. Bajo el lema Justicia y Paz global, Jalsa Salana comenzó con las heridas de los atentados en Londres y Manchester aún recientes. No solo el Reino Unido duplicó sus controles para ingresar en su territorio, también los ahmadies, pues son el principal objetivo de los grupos extremistas que los consideran “no musulmán”.
El jalifa ratificó ante representantes y autoridades de distintos países la misión conciliadora y cultora de paz de la comunidad que tiene su centro en Londres, desde que los ahmadies fueron proscritos, perseguidos y asesinados desde 1974 cuando la Asamblea Nacional de Pakistán cambió la constitución declarando a la comunidad ahmadi “no musulmana”.
Una conspiración antiislámica, así describió el líder musulmán a la fobia y a los ataques racistas que sufren los fieles, los “verdaderos” seguidores de la enseñanzas de Alá.
Masroor recordó a los ahmadies que deben amar la humanidad y respetar las enseñanzas de Allah.
Proyectan llegar a más personas
“En nombre del Yihad hacen cosas horrorosas los que no aman a Dios ni a la humanidad”, dijo Masroor. Para el califa se tiene la misión de presentar al mundo las enseñanzas islámicas en su forma original. “Vemos que en el mundo una gran parte de los musulmanes no cumplen con las enseñanzas, no aman a Dios y a sus criaturas y a algunos les gusta la violencia y el terrorismo”.
En Paraguay tanto Ghalib como Mishaal no tuvieron problemas con ningún paraguayo.
Se proyecta en el país que más personas participen en charlas para conocer más sobre los musulmanes ahmadies.