Alrededor de 1.000 pobladores asistieron ayer a la audiencia pública para urgir a las autoridades locales y del Gobierno Central el “cese inmediato” de las actividades en la cantera explotada hace unos 40 años por Concret-Mix.
El tinglado municipal Augusto Roa Bastos, donde tuvo lugar el encuentro, estaba colmado de personas. Centenares de vecinos afectados fueron en familia a participar del evento junto a decenas de jóvenes, niños y niñas, vestidos con sus uniformes de colegio.
“Los niños de Ñemby queremos vivir en un ambiente sano”, rezaba una cartulina frente a la mesa donde estaban las autoridades locales, del Departamento Central y de la Secretaría del Ambiente (Seam). Incluso estuvieron presentes dos supervisores del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), en virtud de que existen al menos tres escuelas que presentan grietas en sus paredes –al igual que las viviendas de la zona– debido a las detonaciones.
“Queremos que paren ya las explosiones. No hay que esperar a que caiga el techo de un aula”, expresó Laura Alonso, docente del Colegio Nacional Pablo Patricio Bogarín en nombre de las instituciones educativas afectadas.
El padre Tadeo Brzuszek, de la parroquia San Lorenzo de Ñemby, invocó una encíclica del papa Francisco sobre “cuidar la casa común” e instó a las autoridades a que el cerro pase a ser administrado por sus dueños: la comunidad.
Compromiso. El intendente local, Lucas Lanzoni, reafirmó su intención de no renovarle el permiso a la constructora, decisión que es acompañada por la Junta Municipal y por la Gobernación de Central.
El gobernador Blas Lanzoni lanzó ante el auditorio que ya emitió una resolución por la cual apoya la no renovación del contrato. El diputado Héctor Lesme comentó a su vez que en el Parlamento está en estudio un proyecto de ley –impulsado por él– que apunta a prohibir la explotación del cerro.
Recreación. Hugo Céspedes, presidente de la Comisión Vecinal Por la recuperación y preservación del cerro Ñemby, dijo que la propuesta concreta de los vecinos es que el lugar sea aprovechado por la gente y se convierta en un espacio recreativo para el ecoturismo y otras actividades deportivas y de esparcimiento.