El vicario pastoral de la Arquidiócesis de Asunción y cura párroco de San Pedro y San Pablo, Francisco Silva, explica que este encuentro religioso pretende ser un bálsamo de esperanza para las familias. “Queremos que la gente tenga la oportunidad de encontrar una puerta abierta, una comprensión. Nosotros vamos a rezar por ellos”.
El Día de los Inocentes se recuerda cada 28 de diciembre en memoria de los niños menores de dos años que habían sido asesinados en Belén por orden del rey Herodes, que quería asegurarse de deshacerse de Jesús de Nazaret, según lo escrito en el Nuevo Testamento.
Desde entonces, en esta fecha se rememoran las crueles muertes de los infantes. Sin embargo, el 28 de diciembre es el día de las bromas inocentes. En Paraguay, se acostumbra a pedir prestado dinero de un amigo o familiar y una vez que el bromista tiene la plata en mano dice: “¡Que te paguen los inocentes!”
Servicio. En la parroquia San Pedro y San Pablo funciona un Centro de Ayuda a la Vida, donde acude la gente que necesita orientación y acompañamiento. Este centro promueve la vida desde la concepción hasta la muerte natural y a la vez impulsa campañas solidarias y de evangelización para las personas que lo requieran.
Para el padre Silva, este apostolado “muestra el rostro misericordioso de Dios a las personas que más sufren, sin importar creencia religiosa alguna”.
De hecho, el 8 de cada mes se reza por diferentes tipos de sufrimientos, en especial por los deprimidos o por personas que se han suicidado. “Hemos tenido respuestas muy interesantes de personas que han empezado a formar grupos para rezar. Hay dos grupos de oración de hombres que se unieron a rezar después de perder a algún familiar debido al suicidio”, dice el vicario pastoral.
Todos los días a las 16.00 los sacerdotes de la parroquia acompañan a las personas que tienen problemas de depresión y los que requieran acceden a la confesión. También disponen de un servicio especial de asistencia sicológica especial para las personas que necesitan.