La guerra desatada entre el Gobierno y el sector privado que denuncia el ingreso de Petropar al mercado con recargas de gas licuado de petróleo (GLP) revivió, a su vez, el debate sobre la seguridad en el manejo de las garrafas 10 y 13 kilos de gas, que son las más utilizadas para la comercialización del producto en el país.
Los registros oficiales dan cuenta de alrededor de 1.800.000 garrafas que supuestamente no están empadronadas, requerimiento normativo que deben cumplir las fraccionadoras, a través de la fiscalización de seguridad y habilitación que realiza una empresa autorizada por el Instituto Nacional de Tecnología y Normalización (INTN).
Desde la semana pasada rige una resolución que emplaza por 180 días a las fraccionadoras a empadronar todos los recipientes.
En los hechos se observa que los usuarios, por desconocimiento o informalidad, no realizan el control de seguridad de sus garrafas tanto de uso domiciliario como en negocios gastronómicos.
El director de Combustibles del MIC, Luis Villalba, recomendó a la gente conocer las medidas de seguridad de los recipientes de GLP, tanto desde su habilitación como las condiciones propicias de ubicación en las cocinas.
INSTRUCCIÓN. Villalba señaló que hay un instructivo de condiciones básicas que deben ser observadas no solo por los consumidores, sino también por las fraccionadoras y responsables de las playas de estaciones de servicio donde se efectúan las recargas de garrafas.
En este orden, indicó que lo primero que debe ser observado es el estado general del envase. “Hay que hacer una inspección visual de las abolladuras que puedan tener las garrafas, además del deterioro o herrumbre”, puntualizó.
Añadió que luego se debe mirar el “cuello de la garrafa”.
En esa parte de la garrafa se debe buscar la parte donde está marcada la fecha de fabricación, habilitación y último empadronamiento, que tiene una validez de cinco años.
“Si ya pasaron cinco años del último empadronamiento, el recipiente debe ser cambiado y exigir al playero o vendedor otra que se encuentre habilitada. Son las fraccionadoras las que deben garantizar que las garrafas no tengan pérdidas a través de las válvulas y se encuentren en buenas condiciones”, subrayó el director de Combustibles del MIC.
EN LA CASA. Una vez controlado los pasos mencionados, Villalba señala que se debe tener en cuenta el traslado de manera vertical de los envases. Exhortó a no llevar las garrafas acostadas y con niños en motocicletas.
“En la casa, se recomienda que las garrafas estén fuera o un poco alejadas de la cocina. Cuando se perciba alguna fuga se debe cerrar y abrir las ventanas para airear el lugar. Controlar la manguera de conexión y tener en cuenta que el gas es inflamable, pero no explosivo”, precisó el funcionario del MIC.