El triunfo ante los auriazules es una inyección anímica importante para el equipo de Morínigo, de cara a su juego por Copa Libertadores, que será el jueves ante el Zamora.
Distintos. En cuanto al trámite del partido entre tricolores y auriazules, el primero mostró practicismo, orden, buen trato del balón y efectividad arriba.
Luqueño, si bien en el balance general estuvo mayor tiempo en la posesión de la pelota, en la defensa evidenció algunos desajustes sobre todo con las pelotas cruzadas, careció de creación, no tuvo cambio de ritmo de mitad de cancha para arriba y sin fuerza en el ataque.
Diferencia. El partido no tuvo mucha dinámica, tenía un trámite parejo, hasta que al cuarto de hora Nacional se adelantó en el marcador, con el gol en contra de Julio Irrazábal.
Luqueño no mostró reacción ni rebeldía para intentar llegar a la paridad. Solo Milton Benítez, por momento, mostró ganas, pero no tuvo el acompañamiento de sus compañeros, Teixeira muy estático arriba, perdió todas las veces ante Leonardo Cáceres.
Con la ventaja, Morínigo buscó tener mayor presencia en el medio, mandó a la cacha a Derlis Orué, por el juvenil Enrique Araújo, quien hasta ese momento no había desentonado.
Efectividad. Al minuto de reiniciarse el complemento, una gran corrida de Julio Santa Cruz culminó con buena definición de Luis Rodríguez, para ampliar a dos la diferencia.
Por momento Nacional cedió pelota y terreno a Luqueño, que fue incapaz de generar acciones claras en el área rival. El Auriazul no funcionó colectivamente y tampoco aparecieron la individuales.
El Tricolor fue muy seguro con el balón, con pases largos y precisos, pasando rápidamente de la defensa al ataque tomó casi siempre mal parada a los zagueros rivales.
Otra gran corrida de Santa Cruz, casi calcada al segundo gol, Derlis Orué marcó el tercero para Nacional, en ese momento Luqueño ya se encontraba con un jugador menos por la expulsión de Báez.
Luqueño deberá mejorar mucho si no quiere volver a sufrir como el año pasado.