EFE
Dutroux, que se ganó el apodo de “enemigo público número uno” de Bélgica, fue condenado en 1996 a cadena perpetua sin atenuantes por el secuestro y violación de seis niñas y jóvenes de entre 8 y 19 años, de las que cuatro fueron asesinadas.
Su ex esposa fue condenada en 2004 por haber participado en el secuestro de varias de las víctimas y dejar morir de hambre a dos de ellas, de 8 años. Las niñas estaban encerradas en un escondrijo subterráneo en la casa de la pareja en Charleroi, en el sur del país.
Según Pierre, el pederasta le dijo en alguna ocasión, si se había dado cuenta de que nadie le preguntó nunca el porqué de elegir esa casa y esa región específica.
Dutroux le explicó que lo hizo porque “hay y había muchos túneles y minas en esa región” de Charleroi, antes de señalar a su abogado que su idea era “secuestrar a muchos niños y crear en el subterráneo allí, en las galerías de la mina, una especie de ciudad subterránea donde reinaría el bien, la armonía y la seguridad”.
“Fue impresionante escuchar a Dutroux decir eso. Créame, hoy sé que realmente es un psicópata, probablemente mejor que cualquier psiquiatra”, recalcó el ex abogado del pederasta