29 mar. 2024

Luego de 75 años cae el imperio de los caciques colorados en Itapúa

La victoria de Luis Yd como intendente de Encarnación marca la derrota de los grandes caudillos de la ANR en el Sur: Afara, Gneiting y Schmalko, piezas claves de la sucesión presidencial para el 2018.

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Luis Yd (a la izquierda, con bandera) será el primer intendente no colorado en Encarnación, tras 75 años.

Por Andrés Colmán Gutiérrez

@andrescolman

“Desde 1940, cuando el presidente Higinio Morínigo nombró a Sergio Noce Nogués, en Encarnación no hubo otro intendente que no sea del Partido Colorado”, destaca el historiador encarnaceno Julio Sotelo, en medio de la movilización ciudadana por cuidar los escasos 11 votos de diferencia que dieron ganador al intendentable opositor Luis Yd en las elecciones del domingo.

La batalla electoral en Encarnación resultó más dramática y significativa que la de Asunción, pues pocos creían que el ex intendente colorado Joel Maidana pueda ser derrotado, al estar respaldado por una millonaria estructura política, cuyas raíces se mantienen desde hace 75 años.

Maidana es ahijado político del actual vicepresidente de la República, Juan Afara; del gobernador de Itapúa, Luis Gneiting, y del también ex intendente encarnaceno y actual director paraguayo de la entidad binacional Yacyretá, Juan Schmalko, considerados los grandes caciques del poder colorado regional en el Sur, fuertes aliados del presidente Horacio Cartes y piezas claves de un eventual plan de sucesión presidencial para el 2018.

HISTORIA. Encarnación, ciudad donde nació el dictador Alfredo Stroessner, arrastra una oscura historia de sometimiento político desde la era en que Domingo Robledo, el tristemente célebre Sombrero Hû, compadre y amigo íntimo del tirano, ejercía como intendente municipal nombrado a dedo en 1958, gobernando el municipio como un verdadero señor feudal, cometiendo varias atrocidades, hasta que fue asesinado en 1972 por el jefe de Correos de Encarnación, Herminio Palacios.

Tras la caída de la dictadura en 1989, la camarilla política stronista encarnacena, lejos de ser derrocada, simplemente se reconvirtió, asumiendo una fachada democrática, con figuras emergentes como Rogelio Benítez, ex colaborador del jerarca de la Antelco, Francisco Manito Duarte.

Benítez ganó las elecciones municipales y se convirtió en intendente de Encarnación, adquiriendo imagen de buen gestor, lo que le valió luego ser convocado por el entonces presidente Nicanor Duarte Frutos, para ser ministro del Interior y de Obras Públicas.

Beneficiados por el desarrollo del agronegocio en las colonias de productores inmigrantes, por la fuerte inversión económica derivada de las compensaciones de Yacyretá y el gran auge del turismo tras la habilitación de playas y costaneras en Encarnación, los integrantes del grupo político colorado sureño construyeron un gran poder regional con fachada de modernidad, manteniendo un fuerte control sobre la mayoría de los medios periodísticos locales, para evitar voces críticas y disenso.

CAMBIO. Encarnación se convirtió en la ciudad modelo del Paraguay, la que más transformaciones urbanas experimentó, gracias a la inversión millonaria por compensaciones de la obra hidroeléctrica de Yacyretá. Con millonarios recursos y una imagen relativamente positiva, los intendentes y gobernantes sureños consideraban imposible ser derrotados electoralmente.

Sin embargo, no contaron con que Encarnación, en el paso de ser una ciudad provinciana a una urbe más cosmopolita, también evolucionaría la conciencia de un importante sector de la ciudadanía que anhela el cambio, y que supo unirse en torno a la candidatura de un tenaz luchador político.

Luis Yd fue concejal municipal durante dos periodos por el Partido Patria Querida. En estas elecciones se presentó como candidato a intendente encabezando la Alianza Encarnación al Frente, sumando al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Frente Guasu, Tekojoja y grupos ciudadanos independientes.

Aunque era impensable la derrota de la ANR en plena cuna del stronismo, los primeros resultados del conteo oficial de votos, en la tarde del domingo 15, empezaron a provocar pánico entre los operadores colorados.

Fue entonces cuando comenzaron los incidentes. Se cortó la energía eléctrica en el local del Centro Regional de Educación de Encarnación (CREE) y una conocida docente fue acusada de intentar sustraer una caja de actas electorales. Muchos ciudadanos reaccionaron y formaron un gran cordón humano para proteger el conteo de los resultados.

La pelea fue voto a voto. Finalmente, según el conteo de la Justicia Electoral, Luis Yd se alzó con 16.410 votos, contra 16.399 de Joel Maidana, y ganó por escasos 11 votos de diferencia.

OTRO GOLPE

En la localidad de Tomás Romero Pereira, también conocida como María Auxiliadora, ciudad natal del vicepresidente Juan Afara, otro de sus ahijados políticos, el intendentable colorado Hernán Rivas, perdió ante su rival, el ex intendente Victor Casas Pinkoski, quien se postuló por el Partido Democrático Progresista (PDP).

El hecho resultó aún más demoledor, porque Casas, quien fue intendente por la ANR en el anterior periodo, fue perseguido políticamente por Afara y su esposa, la concejala Luz Arguello, resultando procesado y destituido del cargo y de su partido, en una clara muestra del poder que los Afara tenían en su región natal.

Tras recuperar su libertad, con respaldo de un sector de la ciudadanía, Casas decidió volver a presentarse a elecciones usando la chapa de otro partido, en este caso el PDP.

Lo que no estaba previsto era que gane significativamente al candidato del vicepresidente en su propio feudo, el que hasta ahora manejaba con un poder casi absoluto.

De los 30 municipios de Itapúa, la ANR perdió en 13 de ellos, incluyendo los principales: la capital Encarnación y Tomás Romero Pereira.
Aunque el Sur sigue con un fuerte color rojo, empieza a teñirse de otros colores políticos también vitales.

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