¿Existen archivos secretos sobre la Guerra de la Triple Alianza en el Brasil? Tengo mis serias dudas, pero resulta difícil o imposible probar que no existen; es lo que en derecho se llama la prueba negativa de los hechos. Se puede probar la existencia de un hecho; la inexistencia es otra cosa. ¿Cómo probar que no existen los fantasmas? Porque no se lo ha probado, mucha gente cree.
Con relación a los archivos secretos, confío en la palabra de Thomas Whigham y Francisco Doratioto, dos destacados historiadores que trabajaron en los archivos brasileños sin inconvenientes. Lo que ellos dicen sobre el conflicto y sus antecedentes, y los documentos que citan, concuerda en lo básico con lo que dice y documenta un historiador ya fallecido, Harris Gaylord Warren, en su libro El Paraguay y la Triple Alianza; en lo relativo a los antecedentes, también con un libro de décadas atrás, Los orígenes de la Guerra de la Triple Alianza, de Horton Pelham Box. La coincidencia en la documentación básica me hace difícil pensar en la ocultación de documentos.
¿Qué se ganaría con ocultar algo ya sabido en lo esencial? No es ningún secreto y está documentado que el Paraguay fue destruido; que se le impusieron tratados de límites en los años de la ocupación militar que siguieron a la guerra. Estuvo mal, se lo sabe, lo ha documentado. Hasta dónde puedo saber, ya todos los documentos sobre el asunto están abiertos a los investigadores. En cuanto a la reciente información de que el Brasil va a abrir los archivos, hay algo que no se ha dicho, es que el Brasil propone digitalizar los documentos pertinentes, junto con el Paraguay; se lo puede ver en el siguiente vínculo: http://www.defesa.gov.br/noticias/19520-memorando-de-entendimento-preserva-guerra-da-triplice-alianca
Está muy bien porque una copia digital protege los papeles originales del desgaste debido al uso. Además, porque pone a disposición de los investigadores, de un modo accesible, textos que de otro modo serían difíciles de leer y releer. (Me decía una historiadora que los documentos no deben leerse, sino releerse para comprenderlos bien). Finalmente, esa disponibilidad permitirá que las discusiones sobre el tema puedan desarrollarse de un modo más razonable, superándose las eternas polémicas históricas que no han aportado mucho al conocimiento del pasado.
Existiendo la posibilidad de digitalizar, es necesario que el Gobierno paraguayo la aproveche. Lo digo porque se han perdido muchas oportunidades, como la de digitalizar el Archivo Nacional con apoyo técnico y económico de España, hace ya unos buenos años.
Aquello se debió a la desidia de la burocracia paraguaya, que dejó vencer los plazos sin formalizar el convenio. La historia no debe repetirse.