Dos camiones quedaron atrapados dentro del asfalto hundido, a la altura del kilómetro 23. Allí inició el suplicio para miles de personas que intentaban entrar o salir de Limpio. “Era un caos, esto era un río que obstaculizó el tránsito”, señaló Blanca Aveiro, gerente de Abasto Norte.
Ellos habilitaron, en las primeras horas de la mañana, el predio para dar fluidez al tránsito. Tanto los vehículos particulares como las unidades del transporte público desviaban en la puerta principal del mencionado mercado para salir hacia la ruta Luque-Limpio por la calle Carlos Antonio López. Lo propio hacían los que salían con dirección a Mariano Roque Alonso.
La gente de a pie, tras abandonar los ómnibus, no sabía hacia dónde ir, ya que el paso estaba cerrado.
Aveiro se quejó de que no tuvieron el acompañamiento de la Policía Nacional ni de la Comuna local. “Le pedimos al intendente y nos envió un inspector de tránsito. Eso no da abasto porque como mínimo precisamos tres agentes que dirijan”, dijo. El aluvión de colectivos y la gente nerviosa por llegar hasta su lugar de trabajo complicaron aún más la mañana bajo la copiosa lluvia.
Disculpas. El tráfico se normalizó en el lugar afectado cerca de las 11.00, luego de que la zona se reforzara con material pétreo de mayor resistencia. El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), mediante un comunicado, pidió disculpas a la ciudadanía por las molestias ocasionadas.
Explicó que en ese sitio actualmente se realizan trabajos de mejoramiento y ampliación de la calzada. En la víspera “cedió una alcantarilla para el drenaje instalada en la vía alternativa al paso de un camión de gran porte”, señaló el Ing. Ignacio Gómez, director de Vialidad del MOPC.
El desagüe auxiliar había sido instalado para drenar la alcantarilla mayor, obra que aún está en ejecución y que no fue afectada con el inconveniente, según Gómez.
“Lo que se rompió fue el recubrimiento de una alcantarilla aliviadora que se había instalado a una profundidad de 40 cm, es como un bache”, explicó a su vez el Ing. Fernando Antona, de la contratista Benito Roggio e Hijos.
“Esto pasa normalmente en Limpio. Cuando llueve grande, al no tener salida el agua, cruza la ruta”, indicó al rematar que trabajan en la “solución definitiva” a esta situación.
