En datos exactos, son 1,3 muertes por mes en los últimos 36 meses por dichas afecciones, lo cual revela el frágil trabajo de la salud dentro del penal de máxima seguridad del país.
Afecciones cardiacas, pulmonares y respiratorias son las causas más comunes de muerte en Tacumbú y el factor común entre estos casos de decesos es el crack.
Según explicó el director del principal centro de reclusión del país, Luis Barreto, muchos detenidos ingresan a la cárcel ya con sus afecciones y pese a ser tratados con el mayor cuidado, con el consumo de crack estos pacientes lo tiran todo por la borda.
Sin embargo, pareciera ser un simple protocolo que durante la admisión de los reclusos, una de las condiciones sea la inspección médica. Esta ya debería identificar el problema médico con que entra el reo y hacerle un seguimiento, puesto que el lugar cerrado y el hacinamiento hacen que el foco de afecciones pulmonares, como la tuberculosis, se multiplique.
El 2015 fue el año con mayor cantidad de muertes en Tacumbú, cuando se totalizó 24 decesos, la mitad del total de muertes en los 36 meses.
Exposición. Los llamados pasilleros, los que no cuentan con las mínimas comodidades requeridas aún estando dentro de un penal, son los más propensos a ser afectados por las enfermedades, ya que duermen a la intemperie, con lo poco que tienen. La mayoría vive en la miseria, usan pedazos de espuma a modo de camas y se mezclan los sanos con los enfermos de sida, sífilis, tuberculosis y enfermos mentales, todo esto dentro del estado calamitoso del lugar, el aire pestilente, sin ventilación, donde se mezcla el olor a cloaca, comida y humedad.
De entre todos, la tuberculosis es el mayor drama entre los internos, enfermedad que se expande con facilidad entre la población penal.
Sobre esta situación explicó el director Luis Barreto que la gente de Ineran es la encargada de hacer el seguimiento y relevar datos de personas que padecen este mal, que inclusive contagia a sus familias que van a visitarles.
Homicidios. Dentro de esta estadística, existe un porcentaje mínimo de homicidios, que por lo general se dan en medio de grescas entre reclusos que se amotinan en grupos o pabellones. En 2013 fue el año con mayor número de homicidios en Tacumbú, que fueron tres asesinatos, y tan solo uno en el 2015. En el 2014 también hubo muertes violentas tras una serie de amotinamientos de reclusos; sin embargo, dichos datos no se encuentran en las estadísticas.
Estos datos no condicen con el estatus que alcanzó la penitenciaría, calificada por representantes de organismos internacionales que la visitaron en varias ocasiones como “el más violento y de mayor hacinamiento del mundo”.