25 abr. 2024

La venganza de Cartes

Por Brigitte Colmán - En TW @lakolman

brigitte colman

El filósofo alemán Theodor Adorno dijo: “Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”. Pero en Paraguay, Enrique Riera juró en el Palacio de López como nuevo ministro de Educación. El nombramiento de Riera fue un baldazo de agua fría. Una sorpresa, pero de las feas.

El mejor comentario que leí en el Twitter fue de la compañera Wendy Marton: “Parece más una venganza porque le obligaron a sacarle a Marta”. Se había contemplado la posibilidad de que Cartes nombrara a un político en el MEC, alguien con cintura política, uno que pudiera apagar el incendio. Y aquí no da ni para hacer el chiste fácil.

De golpe y porrazo toda la euforia que generó en la ciudadanía la rebelión de los secundarios, quedó ensombrecida por la noticia. Los larguísimos debates en televisión y los ríos de tinta en los diarios sobre el modelo de educación, la capacitación de los maestros, la correcta utilización de los fondos para la educación, la merienda escolar para los niños, los techos de las escuelas de todo el país, todo eso quedó congelado.

No se puede hablar de Stroessner sin recordar a los torturados, a los exiliados, a los desaparecidos; sin recordar las violaciones a los derechos humanos, la falta de libertades, la entrega de Itaipú, la voz del coloradismo. Como no se puede hablar de Enrique Riera sin recordar el incendio y la tragedia del supermercado Ycuá Bolaños. Es una marca que llevará por siempre.

Él era intendente de Asunción aquel 1 de agosto de 2004. No habrá cerrado las puertas cuando comenzó el incendio, pero tenía una responsabilidad política sobre todo lo que aconteciera en la ciudad.

La tragedia del Ycuá Bolaños tuvo que haber significado su muerte política. Pero no, hoy es el nuevo ministro de Educación. Y no es que él sea como el ave Fénix que renace de sus cenizas, es que estamos en Paraguay, y el infortunio sigue enamorado de este país.

La del Ycuá Bolaños es la más grande tragedia que vivió el Paraguay. No tengo idea, no puedo siquiera imaginar, qué se siente ser una víctima sobreviviente de ese atroz acontecimiento. El dolor físico, las secuelas, la falta de justicia y finalmente el olvido.

400 personas murieron en el incendio del supermercado Ycuá Bolaños, quien administraba la ciudad no asumió ni una sola responsabilidad, y continuó su vida como si nada hubiera pasado.

Ahora el abogado colorado, ex intendente de Asunción en tiempos del Ycuá Bolaños Enrique Riera, tiene en sus manos la educación de los niños y jóvenes paraguayos.

Esto ya es demasiado, incluso, para el Paraguay.

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