24 abr. 2024

“La reforma va a tocar estamentos de la UNA que antes eran intocables”

Tiene 27 años y cinco absoluto en su libreta de calificaciones. A las autoridades de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) dejó patas arriba cuando habló en el estrado. En esta entrevista cuenta lo que dijo y lo que le quedó por decir.

Discurso.  Georgina  no ahorró epítetos para resumir y cuestionar el sistema actual de la UNA.

Discurso. Georgina no ahorró epítetos para resumir y cuestionar el sistema actual de la UNA.

Por Pepe Vargas

jvargas@uhora.com.py

El tono de su discurso de graduación, frente a las autoridades de la UNA, se viralizó rápidamente en las redes sociales y se mantuvo como la noticia más leída en varios portales. Georgina Zavattiero tuvo las mejores notas, que le permitieron ser medalla de oro entre los egresados de la promoción 2014, cuya colación se celebró la semana pasada.

–Recordarme cómo rematabas tu discurso...

–Cerré el discurso afirmando que mi título estaba manchado con tintas de corrupción por quienes ocupaban hasta hace poco tiempo altos cargos en la UNA. Son autoridades que se encuentran procesadas quienes firmaron mi título.

–¿A quiénes iba dirigido?

–A Froilán Peralta (ex rector) y a la decana de Filosofía (María Angélica Galeano); tengo mi título firmado por ambos.

–¿No rompiste el cartón?

–Mirá, no rompí el cartón y es quizá uno de los cuestionamientos que me hicieron también y lo tomo como una crítica constructiva. Muchos me dijeron “vos sos parte de esa corrupción, por qué no rompiste el cartón o rechazaste esa medalla de oro”. Primero que ese cartón a mí me dio la posibilidad de acceder a becas de estudios de maestrías. Entonces, quedarme sin un título era imposibilitar cualquier camino de seguir estudiando. En cuanto a la medalla de oro, era el símbolo que me iba a permitir dar ese discurso. Yo no iba a asistir a la graduación, había regresado recién de un viaje; me dijeron “Georgina, te estamos buscando porque vos sos la mejor egresada” y les dije que estos actos no son para mí. Y después recordé que en el inicio de mi carrera les dije a mis compañeros que el día en que termine esta formación académica, si llego a ser mejor egresada, voy a dar un discurso que realmente refleje la condición del estudiante de la UNA. Además, por haber terminado no me puedo desentender de una cuestión nacional. Entonces hice todo el protocolo.

–Aparte, la autoridad es diferente cuando una medalla de oro dice lo que vos dijiste...

–Muchos sostienen un pensamiento poco crítico de que las marchas estudiantiles son de gente que no quiere estudiar y que son vagos; entonces, una persona que tuvo buenas calificaciones como que le da un estatus a las palabras en un acto como ese. Yo no considero que mis palabras tengan más autoridad que la del pobre estudiante que está perdiendo clases bajo el sol para poder acceder a una educación mejor. Pero, para ciertos estamentos, esto daba autoridad para decir esas palabras.

–¿Qué pensás sobre el prejuicio de que quienes se manifiestan son todos vagos?

–Yo no sé si la gente se olvida que para poder estar en la UNA uno tiene que pasar por una serie de estudios y de exámenes de un proceso académico. Si uno no tiene realmente intenciones de estudiar, no sé cuál sería el sentido de tener que pasar por un examen de ingreso tipo colador. Creo que los estudiantes tienen un pensamiento más crítico al respecto y me animo a decir que la gente que dice que son vagos, que no quieren estudiar, son un poco cómplices de esa corrupción.

Si estás avalando que el estudiante vaya y se calle nomás en las aulas y acceda a una formación verticalista, eso está obsoleto a nivel mundial. Tener ese tipo de pensamiento es ser un poco cómplice de la corrupción. Lo que más espero con mi título universitario, más allá de conocimientos técnicos que me sirvan para mi desempeño profesional, es que me deje criterios para defender las cuestiones que hacen al desenvolvimiento de la sociedad.

–¿Creés que la UNA está en condiciones de lanzar profesionales con criterio?

–Creo que no solo al estamento de la UNA, sino a la educación en general en Paraguay le hace falta un repensarse sobre qué tipo de estudiantes estamos formando: si son estudiantes repetitivos o son estudiantes que empiezan a crear conciencia. Le decía a mi profesor de maestría que celebro que cuando ingresé a la universidad pude entender qué precariedad mental para celebrar en el colegio el descubrimiento de América, como negando todas las raíces. Creo que nos falta un pensamiento más profundo. Es por eso que sostengo que la reforma de la UNA no es solo para los estudiantes, sino una cuestión nacional, porque si mañana voy junto a un abogado, un médico, un sociólogo, espero una persona con conciencia, formada con criterios profesionales. Es un círculo virtuoso.

–¿La reforma de la UNA puede aportar a que haya menos corrupción y más profesionales de calidad?

–Absolutamente. Creo que los servidores públicos saben que tienen encima los ojos de varias personas. Antes el paraguayo tenía una cuestión de callar y aceptar. Teníamos otro perfil de ciudadano. Considero que la reforma va a tocar estamentos de la UNA que antes eran intocables, que eran inaccesibles, que no se cuestionaban, reglamentos, procesos y gestiones administrativas que no se cuestionaban. Hoy la UNA sabe que los ojos están puestos sobre ella y sobre varias instituciones, entonces busca transparencia. Sí o sí hay cambios, solo que son progresivos.

–La UNA todavía se maneja por fuera de la Constitución en varios aspectos como la elección de autoridades.

–Tal cual, es un atentado a la democracia. Creo que tenemos una democracia de papel. Como ciudadanía nos quedan varios procesos por encaminar para que tengamos una genuina democracia. Si legitimamos que la UNA tiene bien sus estamentos, y sabemos que hay prácticas de nepotismo, entran parientes, hay amiguismos, es un atentado a la democracia.

–¿Y la solución pasa por la igualdad en la toma de decisiones o por dónde pasa?

–Creo que tener paridad hoy es importante; si tenemos conformado un consejo donde haya estudiantes y profesores colabora para que la toma de decisiones no sea arbitraria y direccionada a los intereses de ciertos estamentos de la UNA. Estoy segura de que la paridad puede darnos luces para el debate; estar en una sintonía en que todos podamos debatir y que todos tengamos representatividad en los votos colabora con un sistema más transparente.

–Da la impresión de que a la UNA se la ve como un botín, principalmente, en facultades que manejan sumas siderales de dinero...

–Se manejan cuantiosas sumas de dinero, se manejan también cuestiones de poder político dentro de la UNA. Sabemos que para ocupar ciertos cargos, uno necesita haber pasado por un proceso. Pero sabemos que hay una injerencia política superfuerte. No debemos desconocer que muchas facultades de la UNA están manejadas por políticos y no manejadas por técnicos, que es lo más preocupante. Es decir, en universidades de la región ves que sus profesores son personas destacadas en cuanto a investigación y conocimientos técnicos; son personas influyentes en la sociedad. Porque desde la universidad emergen cuestiones consultivas para toma de decisiones a nivel gubernamental. Por decir, hay políticas públicas que son en base a análisis que se realizan en la academia y hoy la UNA no tiene esos espacios que debería tener y que serían un privilegio.

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