CARACAS - VENEZUELA
La oposición venezolana descartó ayer retomar el diálogo con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, que congeló en diciembre pasado, aunque se mostró dispuesta a sentarse a la mesa con el enviado del papa Francisco.
“El diálogo no puede ser concebido como una burla, una manera de hacerle perder el tiempo al país”, dijo Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en su programa radial.
Alegando que el Gobierno incumplió los acuerdos alcanzados, los delegados opositores suspendieron su participación el 6 de diciembre, cuando debía celebrarse la tercera ronda de negociaciones para superar la grave crisis política y económica.
Mañana viernes vence un plazo propuesto entonces por el Vaticano y la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) –acompañantes del proceso iniciado el 30 de octubre– para crear condiciones que permitan reanudar las conversaciones. Los facilitadores habían instado a los poderes públicos a abstenerse de tomar decisiones que pudiesen torpedear los contactos. Sin embargo, las tensiones se han profundizado.
La mayoría opositora del Parlamento declaró esta semana a Maduro en abandono del cargo, al responsabilizarlo de la crisis, y exigió convocar elecciones presidenciales.
Esta decisión es considerada ilegal por el chavismo, que pidió a la Justicia anularla y enjuiciar penalmente a los asambleístas que la aprobaron. Pese al rechazo a los contactos directos con el Gobierno, Torrealba contempló la posibilidad de un encuentro con el enviado del Papa, monseñor Claudio María Celli. “Si por alguna razón aquí llegara el viernes 13 un representante del Vaticano, monseñor Celli o cualquier otro, lo recibiremos con los brazos abiertos”, aclaró el dirigente.
