La ceremonia que se realiza cada 15 de mayo en la Catedral Metropolitana, y que ayer tuvo lugar por los 207 años de la Independencia del Paraguay, estuvo cargada de críticas al gobierno de Horacio Cartes y advertencias al mandatario electo Mario Abdo Benítez.
El arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, quien fue el encargado de oficiar la ceremonia, utilizó la parábola del administrador, para lanzar un claro y contundente mensaje a la clase política, aprovechando la presencia de numerosas autoridades.
A la ceremonia asistieron Cartes y la recientemente designada vicepresidenta Alicia Pucheta; Abdo Benítez y su vicepresidente Hugo Velázquez; los ex presidentes Juan Carlos Wasmosy, Luis González Macchi y Raúl Cubas, además de parlamentarios y diplomáticos.
La parábola habla sobre las cualidades de un buen administrador, con un modo de vivir personal y social, sacrificado y coherente. En su mensaje, Valenzuela abogó por consensuar estrategias y mecanismos para vencer la corrupción y la impunidad que afectan a las instituciones del Estado. Además destacó los altos índices de pobreza y desempleo que aquejan actualmente a la población.
“Entendemos que el servidor infiel no tiene otro horizonte que su visión estrecha de su realidad y se aprovecha para dar curso a sus apetencias desordenadas, realizando varios actos de verdadera corrupción”, expresó.
Citó varios datos “sumamente preocupantes, como la inequidad estructural que mantiene en la pobreza y extrema pobreza a casi dos millones de paraguayos, la incertidumbre sobre la estructura de la tenencia y de la propiedad de la tierra, y la desocupación que afecta a 1.600.000 paraguayos”.
En ese sentido, y tras criticar la gestión de Cartes, el arzobispo lanzó una especie de advertencia al Gobierno electo tras las pasadas elecciones.
“Un primer gran desafío patriótico que tenemos como comunidad nacional es demostrar una firme voluntad para consensuar estrategias y mecanismos viables que ayuden a vencer el estado de corrupción e impunidad que permea nuestras instituciones y priva a nuestro pueblo de los recursos imprescindibles para lograr condiciones de vida digna y plena para amplios sectores de nuestra sociedad, que vive en la indigencia y en la pobreza y pobreza extrema. Para vencer la corrupción y la impunidad, debemos impulsar, con voluntad firme, la reforma del sistema judicial y penitenciario, la depuración y el saneamiento estructural de las instituciones públicas y contar con jueces y fiscales probos en todas las instancias judiciales. Una Justicia proba e independiente será la mejor garantía para consolidar la democracia”, expresó el arzobispo ante un atento Cartes y comitiva.
Marito coincidió con la homilía. “Creo que fue muy profundo y renueva nuestro compromiso que hemos hecho en campaña”, sostuvo.