22 ago. 2025

La franja se respeta

Brigitte Colmán – @lakolman

Bueno, convengamos que si en el Paraguay no se la respeta mucho a la Constitución Nacional, es casi de esperar que no se respete una franja peatonal.

Porque si una coherencia mínima tenemos los paraguayos y las paraguayas es que nos vale madres el prójimo, el que está al lado o tan solo intentando cruzar una calle, bajo la lluvia o el crudo sol de verano, sea un ancianito, niño, persona no vidente o un perro.

Y eso que la franja se ve; se ven las franjas blancas pintadas sobre el negro pavimento. La Constitución en cambio, aunque editada en formato librito se ve y se toca, su significación en cambio es como más abstracta. Tal parecería que nadie entiende muy bien de qué se trata o para qué sirve, aunque los intentos reiterados por violarla contradicen todo esto.

A la CN la quieren violar todos los presidentes, senadores, diputados, etc.; pero al pobre Reglamento General de Tránsito de Asunción lo ignoran, lo relegan, ni le hacen caso, excepto cuando llega el momento de aplicar multas.

¿Sabía usted, amable lector, que este reglamento establece en su artículo 141 que el peatón tiene prioridad sobre el vehículo para atravesar la calzada, ya sea por la franja peatonal? Y también aclara que el peatón es mucho más importante que el automóvil y además fija multas.

O sea que, si vas manejando a toda pastilla, tenés que reducir la velocidad e incluso detener tu marcha por completo para dar paso a los transeúntes. Quien no cumpla, podrá ser sancionado con una multa que va desde los G. 771.716 hasta los G. 1.400.000, y la falta es tipificada como gravísima.

El divague no es gratuito. Resulta que leí por ahí que en Ísafjörður, un pueblo pesquero de Islandia, se les ocurrió idear un original sistema para pintar las franjas peatonales y así incentivar al respeto de las mismas.

Se trata de unas cebras pintadas sobre el asfalto, pero en 3D, lo cual crea una ilusión óptica que hace que el conductor por lo menos baje la velocidad. Este paso de cebra en 3D es fabuloso y te da la sensación de que en realidad vas a ir a chocar contra algo.

Hay que ver cómo les va a los ciudadanos de este pueblo islandés, así después prestamos su idea y aplicamos por acá.

Tal vez con este tipo de artilugios e ilusiones ópticas consigamos que los automovilistas paraguayos se enteren de que la franja se respeta. Sobre todo si hay un ser vivo intentando cruzar una calle, tenga dos o cuatro patas.

El día que se respete el derecho del peatón a cruzar tranquilo y seguro la calle, ese día habremos escalado un peldaño más hacia la civilidad.