Finalmente pareciera que la discusión que el presidente Horacio Cartes –y su equipo– busca denodadamente introducir sobre la reelección tiene, más allá del propósito de fondo, que es efectivamente tantear esa posibilidad, la intención de aprovechar para generar tal distracción que el debate se centre en eso, mientras en el país van pasando situaciones críticas, graves y que tienen directa relación con su mal gobierno.
Por estos días un parlamentario dejó como al pasar la queja de que todos los candidatos, por más variopintos que sean, están dedicándose “a perjudicar a la ciudadanía” al introducir la discusión, tratando de lograr la figura de la reelección a través de una enmienda, que de por sí es ilegal. Su posición era que la vía de la reforma es factible en 2017, un año antes de las próximas elecciones generales. Y que todo sea resultado de un análisis serio.
Esta advertencia, para nada descabellada, deja al descubierto que la discusión anticipada sobre la figura del doble mandato tiene a su vez un doble propósito político.
Uno, el natural (?) deseo de poder, por la vía que fuere y articulando los mecanismos posibles o no para el efecto. Y aunque no sea finalmente legítimo, lo hacen y en ese intento pueden buscar embarrar el escenario o torcer situaciones hasta legales con autoritarismo, pokarê, y una retahíla de maniobras corruptas.
El segundo es lo más preocupante; lo que despliega el daño posible, el colateral, el deliberado. Y es justamente esa búsqueda adrede de desviar la atención colocando en escena un asunto sobre el cual muchos, la mayoría, de los políticos van a opinar; los medios de información masivos van a polemizar y la multitud va a rumorear u observar, sin entender bien por qué, pero fanatizado por los punteros rojos, azules o pardos.
Al final, lo sustancial del hecho ni emergerá y todo habrá quedado en un vericueto falso de unos contra otros y no el destino real de la gente y sus vidas ni del proceso democrático en el país.
¿A quién beneficia en este momento que el debate se centre en la reelección cuando que Paraguay se desmadra y pierde por goleada en un partido que a la larga tendrá 22 jugadores de un solo lado en la cancha y el réfere y los líneas comprados por ese mismo equipo?
Favorece a los mismos de siempre. A los aprovechadores. A los oportunistas. A los ladrones de sueños. A quienes justamente introducen al país en la larga sombra de la miseria y el abuso. Porque mientras el debate vaya por ese riel, el de la reelección o no, en la vida real van a seguir muriendo paraguayos/as por hambre o diarrea, todo incubado en un nivel de miseria económica que supera los 2 millones de habitantes; sin contar otro número similar que apenas llega a subsistir con alguna dignidad.