16 ago. 2025

Investigarán si menores son traídos sin sus progenitores

En la Dirección del Buen Vivir de los Pueblos Originarios de la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia (SNNA) tienen la firme sospecha de que muchos de los niños que deambulan frente al Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) están a la deriva sin el amparo de sus padres.

Precoz.   Niños  indígenas viven expuestos a todo tipo de violencia y abuso en la calle.

Precoz. Niños indígenas viven expuestos a todo tipo de violencia y abuso en la calle.

Esta preocupación comparten también los de la Consejería por los Derechos de la Niñez y la Adolescencia (Codeni) de Asunción. “Tenemos que hacer un abordaje para saber si son sus padres o si son niños que fueron traídos por otros adultos”, apunta Nilda Mellid, directora de la Codeni.

Es así que tras la instalación de una mesa de trabajo entre el Indi, SNNA y Codeni, acordaron –el martes último– llevar adelante un censo a modo de identificar a los indígenas que se encuentran frente a la sede de la entidad rectora.

“Queremos saber si esas familias que están frente al Indi son las mismas personas, porque ellos van y vienen”, dice Mellid con relación a que en al menos diez ocasiones –en 2017– varios grupos de nativos que acampaban ante la institución fueron trasladados a sus respectivas comunidades.

Añade que esas familias nativas no están con sus líderes, por lo que carecen de referentes con quienes trabajar de manera a terminar con este círculo vicioso en el que “se los lleva y vuelven al poco tiempo”.

EXPLOTACIÓN. La tarea de relevamiento de datos, para saber “cuántos son y cuáles son las necesidades que tienen”, arranca hoy, de acuerdo con Margarita Lesme, coordinadora de la Dirección de Pueblos Originarios de la SNNA. “No todos están con sus padres, por eso planteamos hacer el relevamiento con la Codeni (...) Hay que hacer alguna amonestación también a estos seudolíderes que vienen y van ya no más por una cuestión de necesidad de la comunidad, sino que se aprovechan de la necesidad de la gente”, cuestiona Lesme.

Frente al Indi, hay unas 25 carpas de hule negro. “En una puede haber una familia, en otra más”, calcula sobre la cantidad de personas que estarían a la intemperie y que superaría la treintena.

En esas condiciones, entiende, los menores están expuestos a todo tipo de vulneración de sus derechos y a caer en el consumo de drogas. “Queremos ver si están dentro del programa Abrazo, porque si están dentro, no tienen por qué estar ahí... Estamos buscando ampararnos en algunas leyes para que ellos ya no estén en las calles”, lanza Mellid.

A su vez, preocupa la situación de consumo de varios niños y adolescentes. Junto a técnicos de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) trabajan –dice– en identificar al proveedor de estupefacientes, en especial, el chespi.

SIN IDENTIDAD. No solo el desarraigo territorial y cultural sufren los indígenas que llegan a la ciudad. Los de la Codeni y la SNNA son conscientes de que no les resultará fácil identificar a los menores de edad y sus padres, pues la mayoría carece de cédula de identidad. De igual modo, buscarán la forma –dicen– de hallar alguna contención ante el desamparo de los niños en situación de calle.

No todos están con sus padres, por eso planteamos hacer el relevamiento de datos con la Codeni.
Margarita Lesme, de la SNNA.


Las Cifras
30 familias nativas acampan frente al Indi; similar cantidad malviven en al menos 4 alquileres infrahumanos.
451 abordajes a niños y adolescentes indígenas que se encontraban en situación de calle realizó la SNNA, en 2017.