20 abr. 2024

Improvisación disruptiva

Muchas veces, los empresarios buscamos imitar algunas conductas de altos ejecutivos para vernos más profesionales. Existen algunas costumbres de escuelas de negocios tradicionales que quizás debamos mantener, pero hay otras que considero vale la pena dejar atrás. Si crees que tu tiempo es importante, creo que las siguientes líneas pueden ser de tu interés.

Por José Méndez

Por José Méndez

Diariamente, tenemos la oportunidad de escoger cuidadosamente qué hacer con nuestras 10 a 12 horas productivas laborales, sin embargo, sabemos que no es importante lo que haces en las horas que trabajas, sino lo que logras después de haberlo hecho. Nuestra tarea como empresarios no es solucionar problemas, es prevenirlos, y para eso debemos indefectiblemente empezar a reducir el tiempo que dedicamos enteramente a la improvisación.

Cuando pregunto a mis alumnos de la maestría en administración, si es que los paraguayos somos creativos en los negocios, las respuestas comúnmente contienen dudas, sin embargo cuando les consulto si es que sabemos improvisar, las dudas quedan absolutamente atrás. Quizás sea una buena idea documentar la improvisación. Esta documentación nos permitirá prepararnos para el futuro, pero, ¿se requiere disciplina?, ¡por supuesto! La clave está en el registro por evento, que nos ayudará a recordar en el futuro cómo solucionamos estos asuntos del pasado. No es una mala idea invertir parte de nuestras horas operativas en crear manuales de procedimientos, que no son más que una ayuda para gestionar mejor nuestro emprendimiento en el día a día. (Una app gratuita sugerida para registrar notas de voz, fotografías, texto y demás documentos es Evernote).

Benjamin Franklin dijo que “al fracasar en prepararte, estás preparándote para fracasar”. Mientras mejor nos preparemos para el futuro, mejor controlaremos el presente. No propongo una planificación de rutina, propongo una improvisación disruptiva en la que los empresarios puedan documentar sus acciones, que luego les permitan planificar sus operaciones diarias, que finalmente se convertirán en una guía, para que tu empresa no dependa de tu capacidad de “bilocación”.

Los paraguayos somos muy buenos improvisando. Es momento de utilizar este don para destacarnos. Desarrollemos una política de improvisación que no prohíba realizarla, sino que promueva documentarla.

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