“La Resurrección de Cristo no es una ilusión o fantasía, tampoco se reduce a una experiencia subjetiva. La Iglesia está embarcada en la cultura del encuentro, no en pactos que solo favorecen a programas o candidatos políticos”, señaló el arzobispo ante los feligreses reunidos en la celebración religiosa.
En otra parte de su homilía, Valenzuela expresó que el bautizado se relaciona con Dios, en la Iglesia, con sus familiares y amigos. “En tantas ocasiones, la Iglesia nos pide salir e ir a la misión, más allá de las fronteras existenciales y geográficas. Esta noche también rezaremos y pediremos la gracia de no ser autorreferenciales, de tratar de dialogar y compartir todo lo que podamos con los más pobres”, enfatizó el monseñor Valenzuela.
Expresó también que la fe y la Iglesia no son un asunto privado. Más que una cuestión institucional está conectada con las personas, familias, sociedad y Jesús. Ella crece con un sentido de pertenencia y de misión.
Valenzuela hizo un llamamiento a aquellas personas que se alejaron de la Iglesia Católica. “Hemos de invitar a los jóvenes, y no tan jóvenes, a que vuelvan y no se sientan juzgados o rechazados. Una vez más hagamos un mea culpa los católicos con el firme propósito de acompañarlos, vayamos a la misión”.
GUÍA. En una época donde se manifiestan los valores y antivalores, año político, corrupción e impunidad, embarazo precoz y violencia intradoméstica, entre otras cosas, desde el púlpito Valenzuela lanzó la pregunta: ¿Qué podemos hacer?
“La oración común, el valor del diálogo, la práctica de la caridad, el cuidado de los cementerios y memoria de los difuntos, la compasión y la búsqueda de soluciones”, señaló. Agregó un rotundo no al maniqueísmo, sí a la integración y autenticidad. Abogó además por el no a la cultura de la muerte y el sí a la cultura del encuentro y la vida.