Un encuentro personal y comunitario con Jesucristo en la eucaristía para renovar el compromiso cristiano es el objetivo principal del Congreso Eucarístico Arquidiocesano que arranca hoy, a las 18.00, en la Costanera José Asunción Flores de la capital.
De esta manera, la Iglesia busca la salida que el papa Francisco pidió a sus sacerdotes en reiteradas ocasiones.
Para esta gran fiesta de vivencia de los sacramentos –principalmente en la iniciación cristiana– y la práctica del amor como acción, la caridad con los más necesitados –material y espiritualmente–, llegó ayer a Paraguay el cardenal uruguayo Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo. “Vengo para ser un peregrino”, dijo.
El purpurado fue recibido al son de la banda Pa’i Pérez, del Colegio Salesianito, y por monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo de Asunción, quien lo invitó a participar en el Congreso Eucarístico que se extenderá hasta el domingo 18 de junio (ver programa).
“Su presencia es una gran alegría y nos une a la Iglesia universal a través de usted como primer colaborador del Papa”, saludó Valenzuela al cardenal.
Sturla, quien oficiará la misa de apertura del Congreso Eucarístico con una misa a las 20.00, manifestó en conferencia de prensa el afecto que le tiene a Paraguay.
“Quiero mucho al pueblo paraguayo porque somos hermanos y por una cantidad de razones desde familiares hasta razones históricas que unen mi pueblo con el pueblo del Paraguay, y ni qué decir la presencia de Artigas, nuestro héroe nacional, tantos años acá”, resaltó el cardenal.
Saludo. Monseñor Valenzuela leyó el mensaje del papa Francisco con motivo de este gran evento eucarístico. El Santo Padre animó a los jóvenes a poner la eucaristía en el centro de sus vidas y de sus comunidades, “para que la alabanza y la acción de gracias a Dios (...) intensifiquen la comunión eclesial y el ardor misionero, y sea fuente de renovación para una sociedad más justa y fraterna”.
Perdón. Durante el Congreso Eucarístico, el arzobispo concederá la indulgencia plenaria a todos los fieles siempre que cumplan con rezar por el Papa, realizar confesión sacramental y la comunión y realizar una obra de misericordia hacia los pobres y más necesitados.
Todo lo recaudado en la limosna de la misa será destinado a los damnificados de Ñeembucú.